Piazzolla y Punta del Este: el chalet de verano, la caza de tiburones y su homenaje musical al balneario
Nació en Mar del Plata y pasó buena parte de su infancia en Nueva York, pero el gran Astor Piazzolla escogió Punta del Este. Para veranear y descansar, pero también llegó a expresar que allí quería vivir. El compositor y bandoneonista argentino sentía un fuerte amor y debilidad por el balneario…
«Porque estoy enamorado de ella, cerca de Buenos Aires y lejos de los que no quiero ver…», dijo el autor de piezas como ‘Libertango’, ‘Verano Porteño’ y ‘Milonga del Ángel’, por nombrar apenas tres de un amplio y poderoso repertorio.
El romance entre Piazzolla y Punta del Este nació en plena década del 70′, cuando llegó al balneario para presentarse junto a la cantante (y en ese entones, su esposa) Amelita Baltar en el teatro Sagasti, en Gorlero, donde interpretaron canciones imborrables como «Chiquilín de Bachín» o «Balada para un loco».
El chalet de Piazzolla en Punta del Este
En los primeros años del 80′, el músico argentino compró su refugio en el balneario.
Un chalet bautizado como ‘El Casco’, situado en la Parada 22, en Rincón del Indio, creado por el arquitecto Xavier Querejatzu a mediados del 60′ en un terreno de 2.000 metros cuadrados que era propiedad de Mauricio Litman.
La casa fue vendida por el embajador uruguayo Gustavo Magariños, quien puso como condición que el propio Piazzolla y sus músicos tocaran desde el jardín del chalet.
Fue allí donde Astor encontró su lugar en el mundo, donde quiso radicarse tras su retiro de los escenarios, con el propósito de abocarse de lleno a la composición.
Piazzolla se instaló en ‘El Casco’ en diciembre de 1981 hasta marzo de 1982. Con el tiempo, por casi una década, las estadías veraniegas en el balneario se convirtieron en un hábito tan saludable como apasionado.
Amante de los animales, en esa casa de Punta del Este, cuando los pajaritos no se daban cuenta e impactaban contra los vidrios, Piazzolla «los agarraba, los curaba, hasta que salían volando…”, recuerda Laura Escalada Piazzolla, viuda del compositor.
En ese chalet en Rincón del Indio destinaba su tiempo a componer música, contemplar los atardeceres, escuchar el silencio o … pescar tiburones.
‘Suite Punta del Este’, el tributo musical de Piazzolla al balneario
Por encargo del ya extinto Centro de las Artes y Letras de Punta del Este, el compositor argentino compuso ‘Suite Punta del Este’, un sentido homenaje musical, estrenado en 1980 en la Iglesia Catedral de San Fernando de Maldonado, con Astor como solista, acompañado del conjunto de cámara «Los Solistas de Punta del Este».
La obra muestra la belleza y nostalgia que Piazzolla impregnaba a sus melodías, así como la intensidad rítmica que digitaba a través de su mayor cómplice: el bandoneón.
‘Suite Punta del Este’ se incluyó en ‘Doce Monos’ (1996), la película dirigida por Terry Gilliam, protagonizada por Bruce Willis y Brad Pitt, si bien se trata de una versión, no la música original de Piazzolla.
La pasión por los escualos
Además de la música, la caza de tiburones era otra de las grandes pasiones de Piazzolla.
De hecho, junto a su amigo Daniel Rabinovich (el fallecido músico de Les Luthiers), todas las mañanas partían en la lancha del pescador uruguayo Dante Rinaldi con destino a la isla de Lobos, donde aguardaban con sus cañas la caza de algún tiburón.
Una práctica que, sin dudas, supone el uso de mucha fuerza, lo cual colaboraba a fortalecer los músculos de sus manos.
«Mientras pueda sacarlos (a los tiburones) seguiré tocando el bandoneón», dice Astor en el documental sobre su vida, recientemente estrenado en la vecina orilla.
Dante, el pescador uruguayo, cuenta que Piazzolla pescaba tiburones al menos tres veces por semana y llegaba a cazar entre 2-3 ejemplares por salida.
‘Escualo’, una de las tantas obras de Astor, dedicada a Dante:
El sueño de radicarse en Punta del Este
Entrados los 90′, Piazzolla llegó a confesar a Dante Rinaldi que a fines de ese año sería su retiro definitivo. Sólo en 1989 había tomado 103 vuelos de avión. Ya estaba cansado. Era tiempo de establecerse en Punta del Este.
Pero en agosto de 1990, durante una gira por París, sufrió un derrame cerebral.
El 5 de julio de 1992 falleció en Buenos Aires, dejando su singular huella en el tango, la música, el arte.
Poco después, su mujer vendió el chalet de Piazzolla a un matrimonio francés – y unos de los tantos fanáticos del músico en el mundo-, rebautizando ‘El Casco’ con la tanguera inscripción ‘Al Sur’.
‘Piazzolla, los años del tiburón’, el documental sobre el músico
En agosto de 2018 se estrenó en Argentina y luego también en Uruguay ‘Piazzolla, los años del tiburón’, una incursión cinematográfica en los archivos de Astor Piazzolla, abiertos por primera vez por su hijo.
Dirigido por Daniel Rosenfeld, se trata de un documental sin entrevistas, relatando hechos y aspectos jamás contados de la vida del autor.