Incansable, el Director de Turismo de Maldonado no para un segundo. Está en todos lados, todo el tiempo. Quiere una ciudad que cada día se desarrolle de manera sustentable y que crezca en forma constante. Vive en Punta del Este desde hace más de cuatro décadas porque la eligió, junto con su esposa, como su lugar en el mundo. Y cree que tiene un claro destino: convertirse en un sitio donde vivir durante todo el año.
Tiene una relación de más de 40 años con la ciudad. Llegó a Punta del Este recién casado sabiendo que este era el lugar donde vivir, formar una familia, criar a sus hijos y progresar. En la actualidad, Martín Laventure puede darse por más que satisfecho porque cumplió con creces esas metas: tiene 5 hijos, 7 nietos y una carrera intachable, tanto en el ámbito privado como en el público. Y hoy es el Director General de Turismo de Maldonado. “Desde que llegué sentí el compromiso de devolverle a Maldonado algo de lo mucho que me estaba dando. Durante muchos años trabajé en el sector privado, pero siempre participando de los destinos del departamento. Tuve el honor de ser presidente de la Liga de Fomento de Punta del Este y un día comencé a incursionar en la política. Estuve como Director de Turismo en el primer período de Enrique Antía como Intendente, fui Edil departamental, tuve la suerte que la gente me eligiera como Alcalde, ocupé la dirección de Deportes y ahora estoy nuevamente como Director General de Turismo en un contexto desafiante que nos brinda una extraordinaria e imperdible oportunidad.
“Siempre intento recordar cómo era estar del otro lado del mostrador. Cómo me gustaba que me atendieran cuando era parte de la actividad privada. He tratado de no olvidarme lo que percibe la gente. Porque a veces los cargos públicos te hacen perder el contacto con la realidad y siempre he trabajado para que eso no me pasara”, afirma en una charla con Punta del Este Internacional.
Para Laventure Punta del Este, ciudad a la que vio crecer y cambiar, es parte fundamental de su vida. “La he visto transformarse, cambiar a pasos agigantados, pero sin perder nunca su esencia. Creo que la ciudad tiene un destino irreversible de ser un lugar donde vivir durante todo el año, pero lograr ese cambio no puede movernos de eso que nos hace diferentes y es lo que la gente viene a buscar cuando nos visita”, dice y agrega: “tenemos la posibilidad de desarrollarnos en el plano humano, social, familiar, económico dentro de un marco natural espectacular. Lo tenemos todo, incluso una sociedad muy particular, muy rica y heterogénea, que mezcla a los nacidos aquí con los que decidieron elegir este destino como sitio donde vivir. Debemos cuidar esa diversidad y volverla cada día más inclusiva. Yo nunca me arrepentí de la decisión que tomamos con mi mujer de vivir acá. Es más, la celebro cada día”.
Familia y empatía
Lo que más lamenta es el tiempo que su trabajo le resta a su familia. Pero, al mismo tiempo, admite que hace lo que realmente le gusta, trabajar para Maldonado. “Siempre digo: es lo que elegí. A veces la familia entiende, a veces no tanto. Pero creo que este trabajo hay que hacerlo comprometido a full. Estar siempre y en todos lados significa tratar con los sectores más humildes y con los empresarios más encumbrados. Y ser siempre la misma persona. Desde una reunión con cuida coches hasta otra con empresarios relevantes o con figuras nacionales e internacionales, siempre se debe ser la misma persona”, asegura.
Para Laventure, el futuro de Punta del Este es promisorio. Dice que la ciudad va más allá de su espacio geográfico. Que muchas veces representa a todo el Departamento y otras veces a todo el país porque es una marca reconocida en el mundo. Cree que es fundamental que se siga desarrollando de manera sustentable. “Debemos ser un lugar donde todos, a través de su esfuerzo, puedan obtener la vida que desean: una ciudad inclusiva, que todo el tiempo sea empática y respete la visión del otro, aunque sea muy distinta a la propia. Eso va a enriquecer nuestro futuro”, señala.
Empatía y desarrollo sustentable. Esa es la clave para Laventure. “Hay que seguir buscando los puntos de encuentro. Nos falta consolidar esa unión y fijarnos objetivos comunes para seguir avanzando. Hay cosas que cuesta mucho lograr y, una vez conseguidas, se pierden con facilidad si no se cuidan. No podemos pensar en un desarrollo a cualquier costo ni en una sustentabilidad que no quiera tocar nada del entorno. Ninguna de esas fórmulas por separado funciona. Hace poco leía una frase que decía: siempre nos preocupamos por el mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos y, en verdad, deberíamos preocuparnos por ver qué hijos le dejamos al mundo porque serán ellos los que nos reemplazarán”, dice.
Con esas ideas como faro, el director de Turismo de Maldonado sigue bregando por una sociedad esteña que encuentre su mejor versión para consolidarnos como un lugar especial donde vivir por el resto de nuestras vidas.
