La aventura de la Trump Tower llegó a buen puerto.
Este megaedificio de lujo súper premium ya entregó sus departamentos y se puede observar cómo el mar se une y cómo combina la naturaleza con la presencia de la torre terminada.
Fabián Parra es arquitecto y el responsable de los interiores de los amenities y el lobby del edificio. “Para hablar de lujo primero debemos entender qué es el lujo. Y nosotros entendemos el lujo como sinónimo de un buen diseño, que debe perdurar en el tiempo”, asegura.
Para Parra, el lobby de la Trump Tower es un anticipo de los amenities. “Es sereno, donde los colores y los elementos muestran cierto vanguardismo desde la simpleza. No quisimos hacer un lobby que reniegue de la naturaleza circundante. La Trump Tower es un espacio urbano pero frente al mar. Por eso, toda la combinación de materiales, los colores, las texturas y la ambientación tienen que ver con esto. Se puede decir que es un poco austero. Pero esa austeridad tiene que ver con la idea de perdurar en el tiempo», remarca.
Un millón de amenities
La gran torre tiene 160 departamentos que van de 1 a 3 dormitorios y desde los 110 metros a los 300 metros cuadrados. Las unidades se entregaron completamente terminadas, incluyendo baños, cocina, pisos e interiores de placares. El valor del metro cuadrado ronda los 6.000 dólares. “Tenemos unos 12.000 metros cuadrados de amenities.
En el lobby insinuamos lo que se ve en los amenities. Por ejemplo, la madera en el lobby cobra mayor presencia en los salones. Los amenities son muchísimos: una peluquería, un market, un restaurante, una cancha de tenis ATP techada y cerrada, un gimnasio, un microcine, piscinas cubiertas, un nivel para niños y otro para adolescentes. Una ciudad dentro del edificio”, concluye Parra.