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Trump Tower, final feliz

Gracias al enorme trabajo de un grupo de propietarios, la fabulosa Trump Tower ha comenzado a entregar los departamentos. El responsable del diseño del lobby y los amenities, el arquitecto Fabián Parra, dialogó con Punta del Este Internacional sobre lo que encontrarán los dueños de los inmuebles en las zonas comunes de esta torre de súper lujo. Mobiliario de Milán y una gran armonía con el mar y la naturaleza.

 

  Fabián Parra es arquitecto y el responsable de hacer realidad los interiores de los amenities y el lobby del edificio.

 

La aventura de la Trump Tower está por terminar en buen puerto. Este mega edificio de súper lujo premium comenzó a entregar sus departamentos en este mes de agosto y se podrá observar cómo el mar se une a este magnífico edificio y cómo se combina la naturaleza con la presencia de la torre terminada.  Fabián Parra es arquitecto y el responsable de hacer realidad los interiores de los amenities y el lobby del edificio. «Yo ya venía de la primera etapa, de la inversión original.Y seguí con esta segunda etapa. Estoy feliz por la marcha de esta obra.

En una visita por los departamentos de super lujo se puede ver la distinción de la marca premium Trump Tower.

Ya se inicio la etapa de entrega de los departamentos y nosotros vamos a entregar el lobby y los accesos a la torre para que los primeros propietarios se encuentren con el ambiente adecuado», confirma y agrega «Todos los amenities tienen un concepto en la Trump Tower, empezando por el lobby. Acá, cuando hablamos de lujo -porque la marca representa el lujo premium- primero debemos entender qué es el lujo. Y nosotros entendemos el lujo como sinónimo de un buen diseño; que a su vez por tratarse de espacios públicos deben perdurar en el tiempo casi inalterables.  Se trata de una unificación de criterios, de un mobiliario que se mantenga y que tenga un carácter que lo defina sin ningún tipo de duda».

Los renders que ilustran esta nota son imágenes referenciales que podrían variar. En este render se muestra el lobby de la torre que marcara el acceso.

 

Para Parra, quien ya tuvo diversas experiencias arquitectónicas en Punta del Este, el lobby de la Trump Tower será un anticipo de cómo serán los amenities de esta gran obra. «El lobby marcará el acceso pero también será el lugar donde se muestre el comienzo de las distintas experiencias que presentarán los amenities. Con el lobby estaremos anticipando los amenities, lo que se verá en el edificio.

El lobby será austero con la idea de perdurar en el tiempo.

Tenemos unos 12.000 metros cuadrados de amenities, donde hay una cantidad de espacios comunes que ayudan a la convivencia del día a día de la torre, algo que es muy importante para las familias que la van a habitar. El lobby nos va a anticipar cómo vamos a movernos dentro de esos espacios comunes. Va a ser un lobby sereno, donde los colores y los elementos muestran cierto vanguardismo desde la  simpleza. No quisimos hacer un lobby que reniegue de la naturaleza circundante. Por eso, mostrará interacción con el  exterior. La Trump Tower es un espacio urbano pero está ubicado frente al mar. Entonces, el lobby tomará elementos del entorno. De ahí, los colores elegidos, las sensaciones que trasmitirá, donde el mobiliario es parte de ese todo, con formas y materiales contundentes que le otorgarán gran carácter y hablarán de diseño.

 

El lobby estará anticipando los amenities que tiene el edificio.

Toda la combinación de materiales, los colores, las texturas y la ambientación tiene que ver con estar frente al mar. Eso fue lo que intentamos y hacia allí fuimos. Se puede decir que, incluso, será un poco austero. Pero justamente esa austeridad tiene que ver con la idea de perdurar en el tiempo», remarca.

El lobby integra la naturaleza circundante. Mostrará la interacción con el  exterior.

 Un millón de amenities

La gran torre tendrá 160 departamentos que irán de 1 a 3 dormitorios y desde los 110 metros cuadrados a los 300 metros cuadrados. El objetivo es entregar las unidades completamente terminadas, incluyendo baños, cocina, pisos e interiores de placares. El valor del metros cuadrado ronda los 6.000 dólares. La carpintería exterior son de la línea Schuco, especialistas en aberturas de aluminio. Los placares y las alacenas de la cocina son Bieto Interni. La grifería de la empresa alemana Grohe y la loza sanitaria de Roca, así como las bañaderas y los hidromasajes son de Aquagas. Los electrodomésticos son de la marca Decko. El sistema central de aire acondicionado -de la marca Mitsubishi-, será tanto de frío como de calor. Y los ascensores – Fujitec- serán 13 en total.

Para el lobby y los amenities todos los elementos provienen de Milán. «En el lobby vamos a insinuar lo que se verá en los amenities. Por ejemplo, la madera que se insinúa en el lobby, cobra mayor presencia en los salones, donde se desarrolla y tiene un lenguaje propio. Los amenities son muchísimos: los ya mencionados salones, que van a representar un espacio adyacente a la vivienda de cada uno de los propietarios y donde podrán reunirse con amigos como si fuera una expansión de su vivienda.

En los 12.000 metros cuadrados de amenities hay espacios comunes que mejoran la convivencia de los vecinos.

En todos ellos trabajamos con la percepción de distintos elementos: agua, verde, sonidos, rompimos las alturas tradicionales, serán muy amigables y sorprendentes. También tendremos una peluquería, un market, un restaurante, una cancha de tenis ATP techada y cerrada, un gimnasio de gran capacidad, un microcine, piscinas cubiertas y climatizadas para grandes y para chicos, un nivel para niños con un área de juegos y otro para adolescentes. Será una verdadera ciudad dentro del edificio», finaliza Parra.

En el complejo esquema de organización de la construcción de la torre se encuentra la arquitecta Georgina Garber, quien se encarga de representar los intereses de los propietarios. » Formo parte del equipo de comite de propietarios y como arquitecta me encargo de verificar todas las cuestiones técnicas de la memoria descriptiva» explico la arquitecta Garber.

La arquitecta Georgina Garber es el nexo entre el grupo de propietarios y la obra concretando los precisos pedidos de los propietarios además de verificar todas las cuestiones relacionadas a la memoria descriptiva.

Soy la encargada de verificar en el día a día que se cumplan los pedidos y la calidad de los materiales adquiridos por los propietarios. Cuando los propietarios tienen una duda o quieren visitar la torre, me llaman a mí. Los materiales son de primerísima calidad, se buscó comprar lo mejor que había en el mercado», afirma y detalla las marcas elegidas: para el revestimiento y los pisos se adquirió porcelanato de la marca Cifre, de España. La loza sanitaria se compró en Bagno and Company y es de la marca Roca, la grifería -también adquirida en Bagno and Company-  es de la marca alemana Grohe. Y los aires acondicionados son de la marca Mitsubishi y tienen sistema VRV. «Es un sistema de aires acondicionados central. Uno de los pocos que existe en Punta del Este», asegura Garber.

Últimos retoques

Uno de los principales motores que logró destrabar el conflicto que en su momento detuvo la obra de la Trump Tower fue Jorge Garber, quien se volvió el representante de las personas que ya habían adquirido un departamento en la torre.  Y gracias a su empeño, la obra está casi lista y pronta a comenzar a entregarse. «Vamos a entregar el lobby y los primeros cinco pisos a fines de agosto. Y después vamos a seguir para entregar el resto de las unidades hasta fines de diciembre, cuando quedará terminada la obra», asegura Garber. La Trump Tower tiene el 80 por ciento de sus unidades vendidas.

Jorge Garber y Rolando Rozenblum , dos de los propietarios que llevaron adelante las negociaciones para que la obra llegara a un final feliz.

 

Por eso, Rolando Rozenblum , otro de los integrantes del grupo de propietarios que se hicieron cargo del proyecto, asegura: «Estamos trabajando mucho en la comunicación para aquellos que se pueden acercar y hacer una buena inversión comprando una de las unidades que todavía están a la venta. Por eso, haremos un evento, el Open Day. Y más adelante se van a realizar eventos durante todo el año, hasta la entrega final de la obra en diciembre. Estamos consolidados y en la recta final de la torre».

 

Hasta ahora, el 60 por ciento de los propietarios son argentinos: y el resto se reparte entre uruguayos, brasileños, europeos y estadounidenses.

Después de este largo y sinuoso camino, la Trump Tower está entregando departamentos. Ha sido un andar complejo, enredado, que supuso distintos estados de ánimo de los propietarios hasta llegar a este final feliz. Pero el rigor y la templanza de quienes dieron vida al fideicomiso fue clave para concluir esta torre de súper lujo. El objetivo ya está cumplido. Se ha logrado lo que para algunos era imposible. Acá está esta soberbia torre terminada. Un lujo por fuera, un lujo por dentro y, además, un lujo para Punta del Este.