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DeporteHistoria y naturaleza

Una aventura en kayak: Excursión a Isla de Lobos

Nació como una idea que empezó a tomar forma a medida que transcurría los meses: ir en kayak hasta la isla de Lobos. Un viaje que tiene como principal característica la cercanía con la naturaleza y la manera en que el visitante se establece frente al paisaje. Los momentos de zozobra por la poca visibilidad durante el viaje y el placer de haber cumplido con la travesía.

 

Hay aventuras que comienzan como un ronroneo suave, como un murmullo que va creciendo y se ubica en el futuro cercano, en la posibilidad inmediata. Y hacer una excursión a la Isla de Lobos en kayak fue una de estas ideas que surgió en el último verano. La isla está ubicada a 8.5 kilómetros de la costa de Punta del Este. Y es una superficie rocosa de 41 hectáreas, habitada por la colonia más grande de lobos marinos que hay en América del Sur. El esfuerzo valía la pena: podía ser exigente el trayecto en kayak pero, al mismo tiempo, suponía una posibilidad de meterse de lleno en la naturaleza, vivirla de primera mano.

Después, sólo restó hacer la aventura una realidad. Se salió a las 5 AM, todavía con la noche presente. Y esa madrugada casi mañana había una espesa niebla. Por eso, al principio, se guiaron por los ruidos de la ciudad que se iban alejando y por el sonido de las olas que pegaban contra los kayaks. Eran dos pequeñas embarcaciones que, poco a poco, dejaron de escuchar los sonidos urbanos para adentrarse en el constante ir y venir del océano.

La isla está ubicada a 8.5 kilómetros de la costa de Punta del Este. Y es una superficie rocosa de 41 hectáreas, habitada por la colonia más grande de lobos marinos que hay en América del Sur



«Salimos 5am navegando a ciegas totalmente por la intensa bruma. Nos guiábamos con el ruido de las olas y de la ciudad que íbamos dejando atrás nuestro. Luego por un periodo no escuchábamos más la ciudad y nos guiamos con el claro de luz que eventualmente se convirtió en el sol en el horizonte. Yo sabia por experiencia que había que “follow the sun” para llegar a Lobos».

Se estima que la colonia de lobos tiene unos 180.000 ejemplares.



Para esa altura, ya asomaba un pequeño halo de luz que debían seguir para llegar a la isla. El sol, lentamente, fue la guía principal de la travesía. Hay que seguir al sol para llegar a Lobos. Ya, un poco más adelante, el sonido inequívoco de los lobos marinos -la colonia tiene unos 180.000 ejemplares- sirvió de guía para llegar hasta la isla. Todavía navegaban casi a ciegas por la intensa niebla de la mañana.


De repente, la isla.

La isla aparece de golpe, como si fuera un territorio fantasma. Se incorpora de la nada en el horizonte inmediato. Lo primero que se observa es el faro, enorme y maravilloso: construido en 1906 y con 59 metros sobre el nivel del mar es uno de los faros mas altos del mundo. Desde su balcón exterior, al que se accede previa autorización y después de subir 240 escalones, se puede observar una vista panorámica de la Isla y de la costa de Punta del Este. En 2001, se convirtió en el primer faro «no tripulado» de Uruguay. A pesar de su notable elegancia, el faro no entraba en el menú elegido para este viaje, así que no hubo visita al lugar. En esta ocasión, los dos kayaks dieron una vuelta completa a la isla y recién descansaron sobre la chimenea semi hundida del barco Ciudad de Santander.

 



«Eventualmente empezaron los sonidos de los Lobos y eso nos marcó el rumbo a la isla, hasta que de repente apareció el faro bien arriba y a 50 mts la isla, como una isla fantasma. Le dimos la vuelta y finalmente descansamos en el barco hundido, sobre la chimenea del barco “Ciudad de Santander”».

 

En todo el peregrinar alrededor de la isla, los lobos y los elefantes marinos se acercaban a las embarcaciones con mucha tranquilidad. Pero esta excursión no se trataba de molestar a la fauna local sino, simplemente, formar parte del paisaje. La historia del Ciudad de Santander merece ser contada, al menos, brevemente. Botado en 1883, tuvo una vida corta porque naufragó el 24 de mayo de 1895, al oeste de la isla de Lobos. Era un barco de pasajeros y de transporte que partía de España y llegaba hasta Buenos Aires, realizando en un primer momento hasta 12 viajes anuales.
Cuando naufragó, el número de viajes había disminuido a la mitad pero seguía haciendo la ruta Europa- América regularmente. El naufragio se produjo por las corrientes de la zona y la niebla que había y dificultaba la navegación.
Se hicieron importantes esfuerzos para salvarlo pero, luego de 14 días, se abandonó la posibilidad de mantenerlo a flote. Y, como se sabe, a pesar de llevar hundido casi 130 años, todavía sobresale su chimenea ya como parte de la geografía del lugar. 

Después de dar la vuelta completa a la isla, se presentó en el horizonte la chimenea del barco Ciudad de Santander, el lugar elegido para el primer descanso.


Regreso zigzagueante

El barco naufragó hace casi 130 años pero todavía su chimenea asoma sobre el horizonte y ya forma parte del paisaje del lugar.

El regreso, luego de dar la vuelta a la isla y descansar en el Ciudad de Santander, tuvo como primer parada la isla Gorriti. Todavía seguía sin verse demasiado por el clima de ese día. Fue una etapa del viaje zigzagueante, hasta que los kayaks observaron el contorno de la isla. Un nuevo descanso y, recién a partir de ahí, hubo una mejor visibilidad entre Gorriti y Punta Ballena donde fue el final de la excursión.

Lo notable del viaje fue básicamente la falta de visión durante buena parte de la travesía. Los kayaks lanzados al mar, en pelea constante con el océano, con muy poca posibilidad de observar el entorno por la niebla. La cercanía con los lobos marinos y los leones fue una experiencia única, inolvidable. Y en eso, tuvo mucho que ver la elección de la embarcación utilizada porque el kayak permite esa relación con la naturaleza.

El segundo descanso se realizó en la isla Gorriti, ya para esa hora del día con una mejor visión y sin niebla.

La Isla de Lobos es hoy Reserva de Fauna e integra el «Parque Nacional de Islas Costeras», administrado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, a través de sus dependencias, la Dirección General de Recursos Naturales Renovables y el Instituto Nacional de Pesca, con el apoyo del Ministerio de Turismo, y del Ministerio de Defensa Nacional, por intermedio de la Armada Nacional. Varios proyectos turísticos la tienen como protagonista en los próximos años. Se trata de una isla que posee una belleza que deja mudo a quien la observa de cerca, sobre todo desde el mar, en una embarcación pequeña como el kayak. Y el viaje hasta ella es una experiencia inigualable, que se vive como una aventura que no se puede olvidar fácilmente.