La ciudad de Punta del Este cumple este 5 de julio 114 años desde su fundación en 1907. Cómo fue creciendo desde aquel pueblo de pescadores hasta la actualidad. Cómo se fue poblando y convirtiéndose, década tras década, en una de las ciudades más atractivas del mundo. Los misterios del sueño hecho realidad frente al mar.
En su prehistoria, están los pueblos originarios. Y luego, las primeras chozas y pequeñas casas que darían vida al incipiente pueblo de pescadores. Un pueblo que, en un primer momento, llevó el nombre de Villa Ituzaingó. Recién en 1907, la zona pasa a llamarse Punta del Este y recibe el estatus de pueblo.
Fundada en 1829 por Don Francisco Aguilar, el villorrio original desarrolló, principalmente, saladeros y algunas industrias como las fábricas de baldosas. Aguilar había llegado a Uruguay en 1810 y era un hombre de fortuna. Fue dueño de una flota de barcos mercantes y el primer armador de barcos del Uruguay, además de estanciero y ganadero, fue propietario de pulperías y político, ocupando varios cargos importantes: Alcalde de Maldonado, Administrador de Correos y Senador de la República. Se radicó en Maldonado en 1811: compró tierras y, con unos pocos colonos, se dedicó a la agricultura, a la cría de gusanos de seda y a la fabricación de baldosas, instalando la primera fábrica en Punta del Este.
También, dada la abundancia de ballenas, consiguió el derecho exclusivo de pescar y faenar estos animales durante diez años en el Puerto de Maldonado y costas del Estado, pagando 75 pesos cada seis meses. El permiso autorizaba, además, a faenar los lobos marinos de Isla de Lobos y del Departamento de Rocha. Más tarde, el 13 de junio de 1843, la península fue vendida a los hermanos Samuel y Alejandro Lafone, quienes la compraron en 4.500 pesos, así como también la Isla Gorriti, la que costó 1.500 pesos. Al igual que Aguilar, los Lafone explotaron los saladeros.
El transporte que unía a Punta del Este con la ciudad de Maldonado era la carreta, que debían atravesar enormes médanos de arena y viajaban por la costa. Por esto, los primeros animales que se usaron para trabajar fueron dromedarios que fueron a Uruguay traídos por Aguilar.
Hoy, este 5 de julio, la ciudad de Punta del Este cumple 114 años. Desde 1907 hasta la actualidad, el crecimiento de Punta del Este nunca se detuvo. Primero, estuvieron los pioneros, como Enrique Burnet quien inició buena parte de la forestación que aún hoy posee, con sus importantes plantaciones de pinos. Gracias a ellos, se pudo contener la avalancha de arena que amenazaba con cubrir la pequeña ciudad.
En aquel 1907, la población era escasa en Punta del Este: estaba el Hotel Risso, la Capitanía, el Chalet de Suárez y cincuenta casas. Ese año arribaron los primeros veraneantes a bordo del vapor “Golondrina”: grupo de familias argentinas y montevideanas, invitadas por el Directorio de la Sociedad “Balneario Punta del Este”.
Cambios constantes
Poco a poco, el pueblo devino en ciudad. Las playas Mansa y Brava comenzaron a volverse conocidas en todo el continente y, desde entonces, la construcción de nuevas casas nunca se detuvo.
Primero llegaron los chalets, las inolvidables casas con sus tejas rojas, los primeros grandes hoteles como el San Rafael. Ya a mediados del siglo XX, Punta del Este ya era una ciudad próspera que se volvía cada año más importante en el continente. Las hermosas playas, una naturaleza increíble y la mano del hombre, la habían vuelto el lugar del lujo y el glamour.
Llegaron los grandes festivales de cine, las conferencias políticas internacionales, las menciones en diarios y revistas: se coronaba como una ciudad con mar y bosque, con zonas residenciales y grandes y fastuosos hoteles, con casinos, centros comerciales y una excelente estructura edilicia. Y llegó la década del 80 con el gran desarrollo inmobiliario que nunca se detuvo. Llegaron las primeras torres y los edificios de gran envergadura. Ya en los 90 y en 2000, la ciudad entraba en su ciclo de gran desarrollo inmobiliario con sus torres de lujo, con infinidad de amenities. Estaba cerca de la Punta del Este actual, aunque le faltaba aún un mayor crecimiento edilicio y una expansión que la colocó, en este nuevo siglo, entre las mejores ciudades balnearias del mundo. Turistas de todos los países y de los cinco continentes comenzaron a elegirla como un centro vacacional de primera línea.
Hoy la ciudad disfruta de un presente maravilloso y de una nueva ola migratoria, sobre todo de muchos argentinos. Con sus jóvenes 114 años, Punta del Este ya se ha colocado como una de las ciudades top en el mundo, a la que visitan o eligen para vivir personas de los lugares más diversos. Y, poco a poco, ha dejado de ser una ciudad balnearia para convertirse en una ciudad en la que vale la pena vivir durante todo el año. La actualidad de Punta del Este desborda de atractivos y ofertas para todos los meses del año y, la calidad humana de su gente, recibe con los brazos abiertos a quienes deciden sumarse a su comunidad. Lejos quedó aquella fundación de 1907. Pero, al mismo tiempo, todavía pervive ese sueño de sus fundadores en las ansias de crecimiento y de convertir a la ciudad en un sitio único donde vivir.