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Historia y naturaleza

Charles Darwin en Punta del Este

Investigador infatigable, en 1833 el famoso biólogo inglés desembarcó en esta ciudad, que exploró durante diez semanas. En su diario de viajes relata la impresión que le causaron los encantos locales.

El biólogo inglés exploró la zona de Punta del Este durante 10 semanas. Y en sus diarios relata la experiencia y sus impresiones sobre la Bahía de Maldonado.

En busca del conocimiento

Darwin era el naturalista de la expedición que realizó el navío Beagle. Durante cinco años, investigó la geología, flora y fauna de Sudamérica, África y Oceanía. Esta experiencia inspiró sus aportes a la teoría de la evolución.

Más allá de los atractivos que impactan a primera vista, en Punta del Este siempre pueden descubrirse nuevos asombros. Con sólo indagar en su historia, se conoce una ciudad inédita.

Uno de los primeros y más célebres “turistas” que disfrutaron de sus paisajes fue el biólogo inglés Charles Darwin, quien revolucionó la historia de la humanidad con sus aportes a la teoría de la evolución.

En 1831, el científico embarcó en Inglaterra como naturalista en el bergartín capitaneado por Robert Fitz Roy.

La expedición, que duró cinco años, tenía como objetivo relevar información de las costas de América del Sur, Australia y África.

El 28 de abril de 1833, Darwin consignó en su diario de viaje (publicado con el título de Diario del Viaje de un Naturalista Alrededor del Mundo):

“Al atardecer, el Beagle fondea en la bahía de Maldonado”.

El biólogo también dejó constancia de su fascinación por el lugar:

“El campo es similar al de Montevideo, con las mismas praderas de pasto, las preciosas flores y pájaros, los grupos de cactus y la total ausencia de árboles. La ciudad es sólo un pequeño pueblo. Nunca vi tan tranquilo y desierto un lugar, casi no hay comercio. Todo el mundo anda a caballo aquí. Es la más bella exhibición ver a los niños jugando carreras”.

La expedición, que duró cinco años, tenía como objetivo relevar información de las costas de América de Sur, Australia y África.

También mencionó haber visto ñandúes y manadas de venados, especies que, lamentablemente, hoy ya no cuentan con una población numerosa.

Además de recolectar fósiles y analizar la flora y fauna, durante las diez semanas que vivió en Maldonado, Darwin se las ingenió para disfrutar de la hospitalidad local.

Darwin consignó que los campos de Maldonado guardaban similitud con los de Montevideo. Y lo impresionó la tranquilidad y la falta de comercio de la zona.

Aunque hay distintas versiones sobre el lugar donde se alojó (unas señalan el hotel de don Celestino Cuervo; otras, la casa de doña Francisca Otermín, frente a la plaza principal), hoy queda un testimonio de su paso por esta ciudad: la bañera (un “baño de asiento”, en realidad) que usó, y que hoy se exhibe en el Museo Francisco Mazzoni de Maldonado.

El prestigioso biólogo, pudo observar en aquel 1833 una fauna que hoy ya no existe en la Península: vio ñandúes y manadas de venados.

Para el biólogo, la experiencia de este viaje fue el puntapié inicial para nuevas investigaciones, que modificaron el concepto que hasta entonces existía sobre la naturaleza y el ser humano.

En el año en que se cumple un siglo y medio de la publicación de El origen de las especies y se celebran 200 años de su nacimiento, el desafío es redescubrir Punta del Este a través de una mirada expedicionaria, como la de Darwin. Y eso es lo que algunos ya comenzaron a hacer.

A 150 años de la publicación del libro El origen de las especies y en el bicentenario de su nacimiento, el mundo vuelve a descubrir la enorme travesía de Darwin.