
Mostrador Bodega Oceánica organizó una cata de vinos para presentar el “Proyecto ultramar”, la línea de vinos de Bodega Oceánica José Ignacio criados en las profundidades del océano. La experiencia se acompañó de un menú de pasos del chef Mariano Carlucci que incluyó salicornias extraídas de las rocas por donde las barcas ingresan a recolectar las botellas.

A 15 metros de profundidad en el Océano Atlántico, productores uruguayos impulsan el “Proyecto ultramar” experimentando con botellas de vinos que son conservados bajo las aguas de José Ignacio. Las botellas se sumergen en jaulas de acero inoxidable abiertas en una logística compleja que reúne barcas de pescadores y buzos profesionales.

Para celebrar el último tramo de la vendimia, el restaurante Mostrador Bodega Oceánica, gestionado por Bambou Pittaluga, organizó por primera vez una cata de vinos de ultramar en un encuentro que reunió invitados exclusivos. La propuesta incluyó una degustación gastronómica a cargo del chef del restaurante, Mariano Carlucci, quien representa a una joven y talentosa generación de nuevos chefs al frente de las cocinas esteñas.
Para celebrar el último tramo de la vendimia, el restaurante Mostrador Bodega Oceánica, gestionado por Bambou Pittaluga, organizó por primera vez una cata de vinos de ultramar en un encuentro que reunió invitados exclusivos. La propuesta incluyó una degustación gastronómica a cargo del chef del restaurante, Mariano Carlucci, quien representa a una joven y talentosa generación de nuevos chefs al frente de las cocinas esteñas.

Uruguay fue pionero en la región en la crianza de este tipo de vinos, luego de que en plena pandemia la bodega impulsara este proyecto con la intención de profundizar su vínculo con el mar.

Cada año se sumergen unas 120 botellas, que permanecen en contacto con el agua por cuatro meses. Debido a que el proyecto aun se encuentra en etapa experimental, la tasa de conservación no es totalmente efectiva: en la última extracción se descartó el 50%, mientras que en alguna oportunidad se perdieron jaulas enteras en las profundidades.

La crianza submarina tiene como principal característica que las botellas se encuentran en contacto directo con el agua salada. Factores como la baja temperatura, las corrientes marinas y la presión a esa profundidad generan un proceso acelerado de crianza, que en algunos casos puede ser hasta tres veces más rápido que el tradicional.

Los vinos obtenidos tras este proceso presentan una evolución sensorial notable que refleja la interacción única con el océano. El resultado es un vino con una complejidad particular, que se caracteriza por aromas salinos y una clara influencia del terroir marino.
Menú inspirado por el mar
El menú elaborado por el chef Mariano Carlucci acompañó la experiencia con platos inspirados en el océano. Así mismo, se incorporaron ingredientes que simbolizan el “Proyecto ultramar”, como salicornias recolectadas en rocas situadas en la zona por donde las barcas retiran las botellas sumergidas.


Como un homenaje a la relación entre la gastronomía, el océano y el vino, se presentaron de entrada unos platitos de pakora de algas con alioli de limón en conserva, kofta de cordero con hierbas frescas, y camarones al ajillo. El plato principal fue una paella de camarones maridada con Albariño de ultramar.

El diseño del menú representó el espíritu del joven chef argentino, oriundo de Santa Fe, quien comenzó su carrera en la gastronomía en 2018. Tras realizar una pasantía en Mostrador Santa Teresita, continuó su formación en diversos restaurantes de prestigio internacional, hasta asumir el rol de chef en Mostrador Bodega Oceánica. Desde ese lugar ha desarrollado su propuesta culinaria basada en el respeto por los productos locales y su estrecho vínculo con el mar.
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