Durante las décadas del 80 y del 90, Raquel Rojo fue la productora de televisión que se convirtió en una de las estrellas de Punta del Este sin necesidad de aparecer en cámara. Sus dos grandes éxitos -Ciclo de Moda y Verano del…, ambos trasmitidos por Canal 12- la convirtieron en uno de los personajes principales de la televisión esteña. Glamour, modelos top, grandes diseñadores, visitas internacionales, fiestas fastuosas, realeza europea, grandes eventos masivos, farándula y jet set. El mejor cocktail que se sirvió en la ciudad durante las últimas dos décadas del siglo pasado.
La temporada 2003 iba a marcar un antes y un después en su vida. Ese verano, por última vez luego de 20 años ininterrumpidos de emisión en canal 12, sería el último en que saldría al aire el ciclo televisivo «Verano del…», ideado y producido por Raquel Rojo. Dos décadas de un magazine que se convirtió en un clásico de la televisión de Punta del Este y aún hoy -cuando casi pasaron otras dos décadas- se recuerda.
Durante esos 20 años, Rojo se convirtió en una personalidad de la ciudad. Y no necesitó estar delante de la cámara para lograrlo. Desde el lado oscuro del estudio de televisión, desde las bambalinas, detrás de cámara, se volvió una celebritie como las celebrities que salían en su programa: modelos top, personalidades de todo el mundo, miembros de la realeza europea. No sólo era la creadora del programa sino también su motor.
Corrían los años 80 y 90, fin de siglo, y Punta del Este comenzaba a recorrer el vertiginoso sendero que lleva a convertir una ciudad con playa y, si se quiere, exclusiva, en uno de los principales balnearios del mundo.
Fueron los años de las grandes visitas internacionales, de los monumentales desfiles de Roberto Giordano, de las fastuosas fiestas privadas de los magnates brasileños, de las coberturas minuto a minuto de la temporada esteña por parte de las revistas y los canales de televisión de Argentina. Y en ese andar de cobertura en cobertura, Rojo fue la pionera. La productora fue quien vio primero el fenómeno que se avecinaba. La que puso en marcha -en los primeros años de la década del 80- lo que luego sería la explosión mediática de Punta del Este en los 90. «Verano del…» llegó mucho antes que revistas como Caras y Gente, mucho antes que los enviados especiales de los diarios, antes incluso que el resto de los magazines televisivos que comenzaron a cubrir el día a día de la temporada esteña.
Se convirtió en un clásico, en una cita obligada, en un rotundo éxito; en el programa de televisión más visto en Punta del Este entre los meses de enero y marzo. Pero antes de ese éxito hubo una historia, una vida. Por eso, como señalaba el sombrerero loco de Alicia en el país de las maravillas, «Comencemos por el comienzo».
España, La Olla y los ciclos de moda
Cuando recién había cumplido los 18 años, Raquel Rojo se fue de Uruguay becada a estudiar televisión a España. «En España hice cámara en un programa para el exterior que emitía la Televisión Española. Me encantó. Pero un productor argentino que estaba allá me dio el mejor consejo que me dieron en la vida: «La juventud pasa, el talento, no», me dijo. Y agregó: «Si además de salir en cámara te dedicás a ver cómo se produce un programa, eso es para toda la vida». A su regreso a Uruguay, Rojo ya lo tenía decidido: iba a ser productora.
Sin embargo, más allá del deseo que traía mientras cruzaba el Océano Atlántico, lo primero que hizo en Punta del Este fue abrir un Parador, tal vez su primer éxito. «En 1978 abrí el parador La Olla, al que iban periodistas y fotógrafos argentinos. Todavía no había un interés masivo por Punta del Este pero algunas revistas cubrían un poco la temporada. De España yo había traído una pregunta: ¿Por qué en las salas de espera de las consultas de los médicos, la gente se desvive por leer la revista Hola? ¿Por qué les importa la realeza si no los conocen?.
En La Olla, viendo a los periodistas que cubrían la temporada y siempre teniendo en mente ese fenómeno de la revista Hola, pensé: ¿Por qué no hacer una revista de Punta del Este en televisión?».
Pero la idea del magazine iba a tener que esperar unos años porque primero hubo otro programa que la puso en el mapa de la televisión uruguaya: los ciclos de moda de Canal 12. «En 1980 empecé el ciclo de moda. Había visto muchos ciclos de moda en la televisión europea, principalmente los que se hacían en Italia. Y entendí que ahí había una posibilidad para la televisión de Punta del Este. Fue un éxito de inmediato. Le estábamos dando al televidente de esa época una información que sólo tenían quienes podían viajar al exterior o comprar las revistas importadas, que eran muy caras. Hay que tener en cuenta que, en ese entonces, el mundo era mucho más ajeno de lo que es hoy, sin internet y canales de cable globales. De inmediato, a la gente le gusto la propuesta».
La idea fue tan bien acogida que pronto el Ciclo de Moda comenzó a agregar especiales hasta sumar 12 emisiones para la moda Otoño-Invierno y otros 12 para la moda Primavera-Verano, además de otros programas exclusivamente dedicados a la Alta Costura. Por el ciclo pasaban las colecciones de los diseñadores más importantes de la época: Christian Dior, Karl Lagerfeld, Givenchy, Paco Rabanne. «Hacíamos esos programas con colecciones que no eran para que la gente comprara esos vestidos. En esos años, en Francia se decía que sólo unas dos mil mujeres podían acceder a esa ropa. Pero la gente miraba el ciclo porque tomaba ideas que luego aplicaba en sus propias creaciones. Por otro lado, como siempre dije, uno puede admirar un cuadro y no necesariamente comprarlo. Con la moda, en todo caso, pasa lo mismo».
El ciclo de moda de Canal 12 tuvo varios efectos: por un lado, Rojo comenzó a relacionarse con las modelos -argentinas y brasileñas- y con los diseñadores. Por el otro, la posicionaron muy bien frente a quienes tomaban las decisiones en Canal 12. De alguna manera, estos programas predecían el magazine que estaba por venir: se trataba de mostrar al televidente un universo aspiracional donde las celebrities eran modelos, diseñadores y creaciones únicas, de precios inalcanzables para el común de los mortales. Pero que, en conjunto, se volvían atractivas a la vista.
En 21 años que duraron estos programas Rojo nunca varió el estilo de edición ni la música, ni la apertura del programa. Cuando le criticaban esta decisión, decía: «Es un clásico y lo clásico no muere. Es como en un restaurante: si todo marcha bien, no cambies los manteles».
El magazine del verano
El magazine pensado por Rojo se llamó «Verano del 83». En principio, claro, era una apuesta por esa temporada. De ahí el número del año. En adelante fue necesario cambiar 20 veces la numeración. Por eso, cuando le realizaban una entrevista a Rojo o cuando hablaban del magazine, los medios de comunicación empezaron a mencionar al programa como «Verano del…». Nadie sabía, en todo caso, cuántos años duraría o si nunca dejaría la pantalla.»Cuando fui con la propuesta al canal, encontré un eco positivo en el ingeniero Horacio Scheck. Me dijo: «Vamos a hacer la prueba». Yo puse como conductora a Cristina Ordoqui y el canal a Julio Alonso. Ese fue el primer equipo, así comenzamos», recuerda Rojo. El programa fue un éxito inmediato. «El fenómeno más grande ese primer año lo vimos en el Club de Golf. El club no tenía televisor y tuvo que poner uno porque sino a las ocho de la noche se iba todo el mundo. Cuando se conoció el rating que tenía, todos los canales comenzaron a hacer programas de verano».
El magazine se volvió de inmediato un destacado de la televisión esteña. Glamour, modelos, celebrities que veraneaban en el Este, shows, fiestas, lujo y realeza. El programa reunía todos los ingredientes necesarios para elaborar el mejor cocktail aspiracional. La idea de hacer una suerte de revista Hola televisiva era un éxito. Y todavía faltaba lo mejor: la década del 90. Afianzado durante los años 80 , «Verano del..» construyó una audiencia fiel que seguía sin falta la propuesta. Pero con la llegada de los 90, fue por más, por mucho más. Con la convertibilidad en Argentina -el famoso uno a uno-, la presencia de turistas aumentó de manera geométrica. Punta del Este competía no sólo con las playas de Brasil sino con las de todo el continente.
Eran tiempos, además, donde la ostentación de dinero estaba bien vista: fiestas privadas fastuosas como las que brindaba el millonario brasileño Gilbeto Scarpa, la fiesta de fin de año de Franco Macri, los miembros de la realeza europea que pasaban por la ciudad, los mega desfiles de Roberto Giordano, las visitas internacionales -desde Julio Iglesias a Melanie Griffith y Antonio Banderas, pasando por Geraldine Chaplin, Robert Duvall y Lanzo Buzzanca, entre otros-, el traslado de la farándula argentina a las playas esteñas -desde modelos internacionales como Valeria Mazza hasta divas de la televisión como Mirtha Legrand y Susana Giménez-.
Todo el mundo quería estar en enero en Punta del Este y, sobre todo, ser visto. Para eso, «Verano del…» fue una pieza clave. Y se convirtió por muchos años en el programa más visto de la región entre los meses de enero y marzo.
El programa, además, lanzó la carrera de una buena cantidad de conductores de televisión de Uruguay. Después de Ordoqui y Alonso que fueron los primeros, pasaron por «Verano del…» Victoria Rodríguez, Carlos Iglesias, Patricia Della Giovampaola, Leo Sarro, Alejandro Figuedero, Adriana Figueroa, Alejandra Borques y la gran cámara de Jorge Giordano que me acompaño durante todo el ciclo. El magazine creado por Rojo era el escenario principal de cada temporada: si no se pasaba por su programa, no se había estado en Punta del Este.
Después de la explosión de los años 90, lo que quedó fue otra realidad. Ya las fiestas no eran tan fastuosas y se volvieron aún más privadas. La ostentación de dinero se volvió algo muy mal visto. El mundo se fue acercando poco a poco a fuerza de fibra óptica y cada año eran menos los grandes eventos masivos. El glamour se fue volviendo una moneda más sutil y ya la farándula no iba con tanta asiduidad a las playas esteñas. Y, si iba, no quería salir en cámara.
El mundo estaba cambiando. Punta del Este estaba cambiando. El nuevo siglo adquirió nuevos signos para su tiempo. Y «Verano del 03» fue la última temporada del magazine más famoso de la televisión esteña. Antes, en 2001, Raquel «Yoli» Rojo recibió el premio a La Mujer del Año. Se acercaba la hora de cambiar de canal.
Horario familiar
«El último programa de despedida lo hice en 2003. De ahí en más, me borré de la televisión. El magazine había cumplido unos cuantos años y ya no daba para hacer más nada. Después de terminados «Verano del…» y los Ciclos de Moda, no hice nada más. Me dediqué a mi familia, a mi hija Vicky, a mis nietos. Viaje con ellos y comencé a transitar una vida monacal y bastante aburrida. Tal vez, me hubiera gustado hacer algo pero no se dio. Pensé en un ciclo de entrevistas por radio, eso me hubiera gustado. Pero no pudo ser», asegura.
Actualmente Raquel Rojo vive en Montevideo y, como corresponde, está pendiente de sus dos nietos a quienes por momentos -como toda abuela que se precie- malcría y por momentos quiere llevarlos a la justicia para que respondan por sus actos de adolescentes. «Los dos son artistas natos. El más grande actúa, canta y baila. Y la más chica tiene grandes condiciones en las artes plásticas. La más chica se parece a mí: es una rebelde», dice.
Una rebelde como «Yoli», que todavía recuerda con gusto y con orgullo sus años como productora de programas de gran éxito durante unos años donde el rol de la mujer en la televisión era menospreciado, sobre todo en la profesión de productor de programas. Una rebelde que supo manejar un equipo de producción, conductores, editores y camarógrafos mientras lidiaba con los directivos de un canal de televisión.
Raquel Rojo ya no piensa en términos de notas ni de nuevos programas. Sin embargo, todavía tiene algo pendiente. «Lo único que me queda es escribir mis memorias», afirma. Seguramente tiene mucho para contar.