El futuro del bienestar en Punta del Este
Graciela Caffera, Andrés Castro y Georgina Gil están detrás de Blue Horizons, un proyecto ambicioso que busca convertir a Punta del Este en un destino global del bienestar. Su propuesta promete cambiar la vida de turistas y locales con un enfoque en sostenibilidad y calidad de vida.
¿Bienestar en Punta del Este? ¡Claro que sí, qué más!
A ver, a uno siempre le resulta tentador hablar de grandes ideas y cambios radicales, sobre todo cuando se trata de algo tan pintoresco como Punta del Este. Imagínese: playas espectaculares, mar limpio, gente linda, aire fresco. Y ahora súmele a todo eso el Blue Horizons, un proyecto que viene con la promesa de hacer de este paraíso algo más que un destino de verano para turistas ocasionales. Graciela Caffera, Andrés Castro y Georgina Gil lo han imaginado todo: convertir a Punta del Este en una de esas “zonas azules”, esos lugares en el mundo donde la gente vive más y mejor. Así de sencillo. Y así de ambicioso.
Inspirados por sitios como Okinawa en Japón o Cerdeña en Italia, donde la gente llega a los 100 años y aún tiene energía para salir a caminar con los nietos, los fundadores de Blue Horizons quieren traer ese concepto a Uruguay. Porque, claro, si esos lugares son tan fabulosos, ¿por qué no hacer lo mismo aquí, en este rincón dorado del Atlántico?
Turismo de bienestar: la nueva mina de oro
Hablemos de números, que siempre le ponen un poco de peso a estas ideas tan grandilocuentes. El turismo de bienestar está en auge, y no hablamos de irse a un spa para un masaje con piedras calientes, no. Hablamos de un turismo de lujo, donde los visitantes buscan algo más profundo: mejorar su cuerpo, su mente, y de paso, postear fotos divinas en Instagram mientras hacen yoga al atardecer. Y si además de todo eso puedes tener una dieta basada en frutas frescas, dormir con el sonido del mar y meditar frente a una puesta de sol, pues mejor aún.
Blue Horizons está alineado con esta tendencia. Los fundadores lo saben y lo dicen sin rodeos: la gente ya no solo busca vacacionar, quiere bienestar. Y no se puede subestimar el potencial económico de esto. Es una jugada inteligente. Punta del Este tiene las playas, las sierras, el aire puro. Lo único que faltaba era ponerle el letrero de «destino de bienestar» y venderlo al mundo. Y ahí es donde ellos entran en escena.
Mar y sierras: el combo perfecto para vender la felicidad
Ahora, usted podría preguntarse, ¿qué tiene Punta del Este que lo hace tan especial? ¿Por qué no convertir otro sitio en el nuevo paraíso del bienestar? Pues bien, aquí entra lo que ellos llaman el «ocean mind», un concepto que suena exótico y atractivo, pero que en realidad es muy simple: la cercanía al mar es buena para la mente. Resulta que el mar tiene un efecto casi terapéutico. Te sientes relajado, piensas mejor, respiras mejor, y probablemente te sientes mejor solo por estar cerca de él. ¿Quién no querría eso?