Bera Bay: el arte de habitar los acantilados

Bera Bay reinterpreta la relación entre arquitectura y naturaleza del acantilado

En Punta Ballena, donde la naturaleza dicta el ritmo y el horizonte parece no tener fin, surge Bera Bay, la obra más ambiciosa de Invergroup. Concebida por Carlos Ott y Carlos Ponce de León, esta joya contemporánea celebra la unión entre arte, paisaje y tiempo: 33 residencias privadas que emergen de la piedra y miran al mar con una serenidad casi sagrada.

La historia del lugar se remonta a los visionarios que entendieron antes que nadie el valor de este paisaje: Antonio Lussich, creador del primer bosque marítimo del país, y más tarde Carlos Páez Vilaró, quien convirtió la luz en arquitectura y el mar en inspiración. Su legado —la devoción por la naturaleza, la poesía de la forma, la vida como arte— sigue latiendo en cada rincón de Punta Ballena, donde hoy la arquitectura vuelve a dialogar con el entorno.

Aquel espíritu de pausa y conexión con el mar es hoy parte del alma del proyecto, que rescata la memoria del lugar como valor patrimonial y emocional. El conjunto se despliega como una aldea contemporánea, de baja altura y perfecta armonía con la topografía. Las residencias se alinean con la curva natural del terreno, creando una continuidad entre arquitectura y geografía.

***Una ubicación con Inigualables vistas***

Cada unidad, de dos a cuatro dormitorios (más dependencia de servicio), ha sido cuidadosamente diseñada para capturar la luz del oeste y la brisa del sur, creando espacios amplios, luminosos y en diálogo con la naturaleza. Las unidades se desarrollan en dos niveles, eléctrico tipo golf, reforzando así la comodidad y sustentabilidad del estilo de vida distintivo que propone el proyecto. Piscinas privadas, terrazas abiertas, parrilleros ocultos y domótica avanzada completan un concepto de lujo discreto, donde el confort se mide en silencio y espacio.

El masterplan de 35.000 m² propone una nueva forma de habitar Punta Ballena. Los caminos peatonales se ocultan entre jardines autóctonos, los techos verdes dialogan con el relieve y los autos desaparecen de la vista. El resultado es una geografía habitable, donde arquitectura, ingeniería y paisaje funcionan como un solo organismo. Los amenities responden al mismo espíritu: un generoso salón de eventos múltiples, gimnasio y senderos que conectan miradores naturales. Todo, bajo un sistema de gestión inteligente.