Se los ve todos los días, casi a toda hora mientras el sol brilla y las horas de playa se vuelven lentas.
Tienen la mayor de las pizarras donde garabatear sus mensajes. O por donde hacer flamear sus carteles. Los aviones carteleros que escriben en el cielo son parte del paisaje esteño. Se los ve sobre todo por la tarde, cuando escriben en el cielo sus letras de casi mil metros de tamaño, a tres mil metros de altura. Un mensaje de humo que puede verse en un radio de diez kilómetros. Lo mismo que aquellos que llevan carteles pintados de hasta diez metros de alto o con letras negras o rojas. De gran impacto publicitario, este sistema de mensajes siguet en pie y con futuro, a pesar de los enormes avances tecnológicos. Porque el messenger del aire tiene ese poder casi divino ya que, de algún modo, es un mensaje llegado desde el cielo y no hay mensaje de texto, mail o celular que pueda competir con eso.
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