La disciplina del spinning comenzó en los años 90 en Estados Unidos. Hoy se practica en más de 100 países. En Punta del Este, Gabriela Cid ofrece unas clases intensas y muy divertidas en el Cantegril Country Club.
Subirse a una bicicleta, pedalear hasta quedar eufórico, sentirse pleno después de 45 minutos de marcha constante. Y hacerlo en grupo y con música. Liberarse y mejorar el estado físico. Eso es lo que ofrecen las clases de spinning. Eso es lo que hace Gabriela Cid, profesora de esta disciplina en el Cantegril Country Club de Punta del Este. “Comencé en 1996. Fui al Centro de Spinning que queda en Santa Mónica, California. Ahí me certifiqué con Johnny Goldberg, el creador de spinning”, dice Cid, a modo de presentación.
El programa desarrollado por el ciclista y cinturón negro de karate Johnny Goldberg utiliza bicicletas fijas o indoor a las que se les puede agregar peso y otro tipo de dificultades para que el ciclista deba realizar un mayor esfuerzo en la marcha.
Este ejercicio aeróbico es de bajo impacto pero altamente efectivo: se bajan un promedio de 500 calorías en los 45 minutos de la clase. “Es un entrenamiento cardiorrespiratorio y cardiovascular. Y se adapta a todas las edades y niveles porque, como se trabaja en zonas de energía, el objetivo lo puede conseguir tanto una persona joven como una persona grande “, explica Cid.
Sin dudas, la evolución de esta disciplina se ha vuelto imparable: Goldberg comenzó dando clases en el garaje de su casa a principio de los 90. Y hoy hay más de 35.000 instructores que lo enseñan en 100 países del mundo. “Empecé a trabajar en el club como profesora de danza contempor
ánea en 2001 y en 2002, trajeron las bicicletas y comencé a dar spinning.
Ya cumplimos 17 años de clases en forma ininterrumpida y se ha formado un grupo humano maravilloso que siempre está construyendo, mejorando y apoyando. El año pasado, el club hizo una gran inversión al cambiar las bicicletas. Ahora tenemos unas bicis muy modernas que ofrecen mucha información, lo que hace que este deporte grupal pueda tener, para el profesor, un seguimiento individual con sólo mirar las bicis de sus alumnos”, señala la docente.
Con entusiasmo, mucha música y buen ambiente el universo del spinning en el Cantegril sigue firme en su marcha y no se detiene. A pesar de que las bicicletas sean fijas.