El arte de diseñar con propósito y sensibilidad

Desde su estudio en Buenos Aires, Paula Herrero lidera un enfoque arquitectónico que combina observación, reflexión y artesanía. Tras una década de experiencia en arquitectura comercial, Paula emprendió en el año 2006 un nuevo proyecto profesional, construyendo una práctica centrada en la pausa y la pertinencia del diseño. “Cada proyecto es único. Diseñamos a medida, pensando en causa y efecto”, explica.
La relación entre el entorno y el espacio es clave en su metodología, influenciada por su formación con maestros como Glenn Murcutt en Australia. Herrero integra variables como geografía, vegetación y orientación en cada obra, armonizando las necesidades del cliente con el carácter del lugar.

Hoy, su estudio abarca desde casas de campo hasta interiores urbanos y hoteles. “Cada proyecto es un nuevo aprendizaje que se potencia en otros proyectos”, dice, refiriéndose a obras en desarrollo en Buenos Aires y en la costa oceánica de Rocha. Para Paula, diseñar es una pasión: “Hacer arquitectura es una forma de mirar la vida. Cada cliente y proyecto es una nueva inspiración”.

Entrevista exclusiva para Punta del Este Internacional
1) ¿Qué te motivó a fundar tu propio estudio en 2006 y cómo ha evolucionado desde entonces?
Los caminos se van desplegando naturalmente si estás atento a aquello que te inspira desde el propio interior. Yo estudié Arquitectura en Buenos Aires, y ejercí la profesión en distintos ámbitos durante diez años. Había desarrollado una experiencia interesante en arquitectura comercial, especialmente en el área de stands, donde había aprendido a coordinar equipos multidisciplinarios con un dominio acertado de tiempos, logística, y respuesta al cliente.
Luego de esa etapa de altas velocidades, se despertó en mí la necesidad de comenzar de cero un nuevo proyecto personal y profesional, capitalizando el aprendizaje adquirido, para desplegarlo en una arquitectura de mayor reflexión, donde la pausa en mi mirada permitiera respuestas de diseño pertinentes. En los inicios de esa nueva etapa el Estudio focalizó su trabajo en arquitectura de interiores, y desde allí la evolución fue natural: proyectar desde el espacio interior hacia la caja arquitectónica en su totalidad. Hoy abarcamos proyectos de diferentes escalas y contextos, desde casas de campo e interiores residenciales urbanos, hasta oficinas corporativas, retail, hoteles y restaurantes.

2) ¿Cómo describirías la filosofía central que guía tus proyectos?
Considero que la observación siempre es el punto de partida. Observar, comprender, sintetizar, diseñar, y recién después construir. En el Estudio concebimos cada proyecto como único. Todo es pensamiento a medida y artesanía. La atención siempre puesta en la totalidad, desde el contexto histórico y geográfico hasta cuál será la sensación del lugar a habitar. Nuestro trabajo está comprometido con la entrega de una arquitectura bien concebida y cuidadosamente detallada, para clientes con el mismo entusiasmo por el diseño. Pienso que diseñar significa pensar en causa y efecto.

3) ¿Cómo abordas la conexión entre el diseño arquitectónico y su entorno?
Desde mi mirada, cada proyecto debe ser respuesta a un determinado entorno. Tuve el honor de estudiar la relación entre edificio y paisaje con grandes maestros, los arquitectos australianos Murcutt, Leplastrier y Stutchbury, con quienes en el año 2014 participé en la Glenn Murcutt Master Class en Riversdale, New South Wales, Australia. A partir de esa experiencia australiana se profundizó mi sensibilidad de aproximación al sitio y al usuario, incluyendo la materialidad como tema central de mis proyectos.
En cada nuevo encargo, nuestro foco inicial está en comprender la potencialidad del lugar a intervenir, sea urbano o rural, leyendo todas las preexistencias del sitio, que nos guiarán a lo largo de todo el desarrollo del proyecto. Hay una multiplicidad de variables que tomamos en consideración: la geografía, la orientación, la vegetación, los vientos, el entorno construido. También está sobre nuestro tablero de trabajo como tema principal, interpretar las necesidades del cliente para ese proyecto en particular. Nuestra tarea implica que todas esas variables, a veces antagónicas entre sí, lleguen a puerto en forma armónica. Me gusta especialmente dirigir esa coreografía compleja y llegar a bellos resultados.

4) ¿Qué desafíos y oportunidades encontrás al desarrollar proyectos en lugares tan diversos como Argentina, Uruguay y Barcelona?
Lo interesante de desarrollar proyectos en diversas latitudes y geografías es que nos empuja a estar alerta a más y nuevas variables. Mantenemos una constante siempre: nuestra metodología de aproximación y de observación. Hoy estamos desarrollando en simultáneo el proyecto de ampliación e interiores de un club house de golf en las afueras de Buenos Aires, y una casa de playa frente al mar oceánico en la costa de Rocha Uruguay. Aún siendo programas bien distintos y materialidades diversas, ambos proyectos se retroalimentan entre sí. Eso es algo hermoso que yo promuevo dentro de nuestra cocina de trabajo cotidiano con el equipo del estudio: que el aprendizaje que hacemos de un proyecto, desborde hacia otro proyecto, aun en temáticas diferentes.
5) Después de más de 20 años en el campo del diseño, ¿qué desafíos creativos te siguen inspirando?
Tengo pasión por mi profesión. Y cada etapa va planteando nuevas inspiraciones. Es un privilegio ver el mundo con ojos de arquitecto, y me siento agradecida por la íntima relación entre profesión y vida que la arquitectura nos regala. Pienso que cuanto más se comprenden los temas de la vida y del habitar, mejor arquitecto se es. El paso de los años nos juega a favor. Cada cliente que confía en nuestra propuesta es una nueva aventura para mí. Disfruto dando respuestas espaciales a los matices y las sutilezas de la vida. Todo inspiración.
PAULA HERRERO I ARQUITECTURA
Dirección: Av. Libertador 4996 piso 7 Buenos Aires – Argentina
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