El pequeño pueblo de pescadores de José Ignacio tiene en Ignacio Ruibal a uno de sus referentes. El dueño de la inmobiliaria quiere que el pueblo siga siendo un oasis de paz y tranquilidad.
Con muchos años de inmobiliaria, Ignacio Ruibal es un referente de José Ignacio y un propulsor de mantener la calma y tranquilidad del famoso pueblo de pescadores. En las últimas décadas, el pueblo se convirtió en la joya del Este y fue necesario mantener con firmeza el estilo de la zona para que los grandes desarrollistas no invadieran la tranquilidad del pueblo con torres y otros gigantes del cemento.
Considerado un paraíso, José Ignacio se mantuvo firme en la estructura de casas bajas y no multifamiliares, dejando fuera todo intento de irrumpir con edificios el tranquilo paisaje. Así, se logró que no se instalaran también pubs o discos en la zona para conservar la calma pueblerina tan necesaria.
Sólo están permitidos los restaurantes que, desde un principio, tuvieron a la figura del chef argentino Francis Mallmann como fetiche. “Todos esos argentinos de vacaciones en Punta del Este querían venir y conocer esta península en medio de la nada donde unos cuantos chefs locos estaban haciendo cosas increíbles con la gastronomía”, dice Nacho Ruibal.
La inmobiliaria ya tiene una nueva generación en el asiento de conductor. Joaquín Ruibal, el hijo de Ignacio, quien después de graduarse en el exterior volvió a trabajar al pueblo. Joaquín sigue con el negocio y, además, tiene sus propios emprendimientos como los bomberos voluntarios y la ONG Faro limpio. Porque lo importante es continuar preservando la tranquilidad de la zona.
www.ignacioruibalpropiedades.com.uy
Frente a plaza de José Ignacio
