Entre Punta Negra y la Parada 10 de La Mansa, los kitesurfers del Este se reencontraron en un gran evento de Downwind. Antes que una prueba de destreza y resistencia frente a las olas y el viento, fue una inolvidable reunión de amigos: más de 50 cometas dijeron presente en esta competencia en la que no faltaron ni la adrenalina ni la camaradería.
La playa, el mar y el buen clima forman parte de la postal cotidiana de Punta del Este durante los meses de verano. Y en los últimos años, esa postal suele verse «intervenida» por los colores flúo y estridentes de las cometas de kitesurf. Esta temporada, a pesar de la pandemia, cada uno de estos elementos sale en la foto. Es más: hay más cometas que nunca. O al menos las hubo, más de 50 kitesurfers se dieron cita en un evento de Downwind, la disciplina que hace navegar viento abajo o en la misma dirección del viento.
Con participantes de todo el mundo pero espacialmente uruguayos, argentinos y brasileños, la convocatoria fue la excusa para divertirse con amigos que, como corresponde a los tiempos que corren, mantuvieron los protocolos necesarios para ser socialmente responsables frente a la pandemia. Fue algo nunca antes visto en Punta del Este: desde Punta Negra hasta la Parada 10 de La Mansa, se convocaron para demostrar que el kitesurf está más vivo que nunca.
Ver: Kitesurf en Punta del Este
Pura adrenalina y pasión por este deporte no contaminante que sólo utiliza el viento como motor, el evento de Downwind fue lo más parecido a una reunión de amigos. Participantes de todas las edades, se juntaron para esta, por llamarlo de algún modo, «suelta de cometas». Como suele ser costumbre entre los kitesurfers, hubo un gran respeto por mantener todas las medidas de seguridad necesarias y se prestó especial atención a las indicaciones de los guardavidas, quienes conocen los posibles cambios en la dirección que suele soplar el viento según la hora y el clima, sobre todo en los momentos que sopla desde el continente hacia el mar.
El kitesurf es, si se quiere, una disciplina relativamente moderna. Pero de inmediato se volvió popular. Sus orígenes pueden buscarse en las cometas que arrastraban a las embarcaciones pequeñas, una práctica que se remonta hasta el siglo XII en China e Indonesia. Pero el kitesurf como tal recién es llamado así a partir que en 1977 Gisbertus Panhuise patenta un sistema de navegación sobre una table de surf traccionada por un paracaídas pequeño, convirtiéndose así en una suerte de padre de este deporte.
Un padre que ha dejado muchos descendientes fanáticos. Por eso, el encuentro de downwind volverá a repetirse en la próximas semanas en Punta del Este, aunque aún no se conoce día ni lugar. Todo depende, como siempre del clima, de la playa, del mar y del viento. Esos habituales de la postal clásica esteña. Una postal que cada año suma más cometas durante el verano.