La Garzona es un proyecto de 116 hectáreas cerca de Garzón, entre los departamentos de Maldonado y Rocha. A lo largo de la Ruta del Vino, alberga 21 chacras con acceso privado a lagunas, cada una de 5 hectáreas. Además de sus olivares para la producción local de aceitunas y aceite de oliva, La Garzona destaca por ser un área privilegiada para el cultivo vitivinícola.
Las Colinas de Garzón, parte del Parque Nacional Lacustre, forman un entorno natural excepcional. Esta zona, caracterizada por su alta biodiversidad, cuenta con lagunas y paisajes que se mezclan entre el ecosistema de sierras y lagunas y la franja costera del océano Atlántico.
La interacción entre el clima seco de las sierras y los vientos frescos del océano otorga condiciones excepcionales a los viñedos de la zona. Bodega Garzón, una de las más destacadas, ha sido reconocida como una de las mejores del mundo y como la primera bodega totalmente eco-sostenible de Latinoamérica, cultivando sus vides de manera orgánica y utilizando fuentes de energía eco-inteligente, como la eólica y fotovoltaica.
Declarada como entorno de gran importancia ornitológica, ofrece un hábitat único para aves silvestres como cisnes, flamencos, garzas, águilas, lechuzas, perdices y cardenales azules, entre otros.
La influencia de los guaraníes, pueblos originarios, se refleja en la fauna y flora de estas tierras, con nombres como guazubirá, coatí, ñandú, tatú, chajá, mburucuyá y ombú.
A solo 4 kilómetros se encuentra Pueblo Garzón, una aldea serrana pacífica que ganó relevancia en 2004 con la fundación del Restaurant Garzón por el chef Francis Mallmann.
Este pueblo ha crecido con una impronta de alta gastronomía, conectando con la sabiduría del buen comer y prácticas ancestrales de cocina, como el fogón a la intemperie y el horno de barro.
Artistas de todo el mundo se han establecido en Pueblo Garzón, explorando galerías de arte, ateliers y centros culturales vanguardistas.
En resumen, La Garzona es un paraíso natural que ofrece una combinación única de viticultura, producción de aceite de oliva, biodiversidad excepcional, y una experiencia cultural en Pueblo Garzón, convirtiéndola en un destino integral para los amantes de la naturaleza, el vino y la cultura.