El bello paisaje costero de Piriápolis, visto desde San Antonio.
Por Stella Ruzzi de Borchardt
A pocos minutos de Punta Ballena, entre el cerro San Antonio y el Cerro Pan de Azúcar, bordeada por el mar se encuentra Piriápolis. Solo a 20 km de Punta del Este, se abren las puertas a un lugar lleno de maravillas donde se respira paz. Esa paz que se encuentra cuando uno está inmerso en la naturaleza.
Se puede acceder a esta mágica ciudad tanto desde Punta del Este por la ruta ínterbalnearia en el km 107 (dirección a Punta Negra) como desde Montevideo por el km 97. Doblando hacia la costa, se atraviesan campos verdes con retamas y arroyos. Al acercarnos al mar se encuentran rocas de color negro, de allíproviene el nombre de Punta Negra. Ya se comienza a sentir la Paz del lugar. El viaje continúa por Punta Colorada, Punta Fría, el Cerro San Antonio y finalmente nos encontramos en Piriápolis. Cuando uno la visita se siente en armonía y conmovido ante la fuerza arrolladora de la naturaleza.
Esta ciudad remonta sus orígenes a “Don Francisco Piria» quien con solo cinco años fue enviado por su madre a la ciudad de Diano Marina, Genova, Italia. Desde entonces, Francisco siempre soñó con regresar a sus tierras. Y fue así, como en 1860, este joven desembarca en el país uruguayo con la labor de rematar y vender terrenos. Su negocio comenzó a crecer de a poco hasta convertirse en un gran imperio. Piria, visionario y alquimista, empleó inmigrantes “pica-pedreros”que trabajaban la cantera, sacando granitos, mármoles y cuarzos de las laderas del cerro Pan de Azúcar.
Piria, en su afán de reproducir la ciudad de Diano Marina, reconoció en esta zona costera, de pinos, cerros, playa y mar el lugar para cumplir su sueño. Fue así, como fundóPiriapolis, la ciudad encantada. La diagramó utilizando el Kaballah y pensando en construir una ciudad de sanación. Sus largas playas de arenas blancas, refugio de pescadores, hicieron que esta ciudad, fuese en los años 30, un destino de lujo para veraneantes uruguayos y argentinos.
Algunas de sus obras:
– El Hotel Argentino, inaugurado en 1930 y construido en forma de H, (hacuarius, por la era de acuario). En su entrada, como custodiándolo, tiene dos leones alados y cola de perro. En el jardín varias estatuas.
– 3 fuentes:
– La de Venus en una plaza circular en la cual se dice que hay que girar en contra las agujas del reloj para dejar atrás el pasado, y luego caminar en el sentido contrario para comenzar un tiempo nuevo.
– La fuente del Toro, en el Cerro del Toro, otro lugar emblemático que posee una cascada natural. Donde, en su cima, yace un toro de hierro, símbolo de fuerza, a su costado una mesa de piedra, donde Piria realizaba ceremonias masónicas y custodiando el lugar un gran puma de hierro.
– La fuente del Pato, lugar donde Piria realizaba sus meditaciones, se ubica en la ladera del Cerro San Antonio.
– Coloca la intrigante estatua de Stella Maris (traída desde Francia) en la subida al Cerro San Antonio. Stella Maris, es la virgen protectora de los pescadores. Está con los brazos abiertos mirando al mar infinito. Es una escultura andrógina pues de atrás parece un cristo de pelo largo y de frente es la virgen. En este lugar se siente mucha energía. Continuando el ascenso al Cerro la vista es maravillosa. 360 grados de belleza. Desde la cima se pueden apreciar los bosques que lo rodean, el infinito mar azul, el puerto de Piriápolis el Cerro Pan de Azúcar y hasta se ve claramente Punta del Este. Allí, en la cima, colocó un templete con la imagen de San Antonio, donde las mujeres llegan a pie o en auto para pedir al Santo para que les conceda un novio: “San Antonio bendito, mándame un novio aunque sea feito”.
– El castillo de Piria: atravesando toda la rambla de los ingleses y llegando al boulevard Artigas se encuentra el castillo de Piria, su casa particular, que en el subsuelo tenía un laboratorio alquímico. Frente a su castillo, se encuentra el cerro Pan de Azúcar, cuya base posee una reserva de fauna, flora y un reptilario. Este mismo Cerro es famoso por su gran cruz, de 33 metros de altura.
Mi consejo es…viaje a Piriápolis, conózcalo y vea que es un lugar soñado donde se sentirá feliz y en paz.. El que llegue ahí, no se lo olvidará jamas y siempre sentirá deseos de volver. Piriápolis atrapa por sus misterios y su belleza.