Una idea novedosa permitirá concretar el puente que una Maldonado con Rocha a través de la laguna de José Ignacio.
Las dos márgenes de la laguna en la actualidad son unidas por una balsa. Si es aprobado próximamente donde hoy está el puente inconcluso se hará el maravilloso proyecto del arquitecto Rafael Viñoly.
La polémica abierta por la construcción o no construcción del puente para cruzar la Laguna de José Ignacio parecía no tener punto de acuerdo. Por un lado, los ambientalistas y los vecinos de Rocha y Maldonado que no querían el puente y pujaban por que se siguiera cruzando en la histórica balsa.
Por el otro, los inversores y real estate developers que pretendían un puente para que los barrios residenciales proyectados en el Departamento de Rocha pudieran desarrollarse. Y cuando parecía que no había solución posible, el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly encontró la llave y, también, la cerradura.
Ideó una maravilla arquitectónica conciliadora y totalmente novedosa. El puente en su configuración final es de hormigón y sobre una serie de columnas formando un anillo. Este anillo permite el libre flujo de los cambios de la laguna y además el uso de embarcaciones, típicas del lugar, es una propuesta de arquitectura e ingeniería amplificada por detalle y técnicas sustentables.
Como lo llamó el mismo Arquitecto Viñoly: “Una laguna dentro de la laguna… a través de su forma emblemática, el puente refuerza el perfil de paseo turístico y ecológico de la sensible zona de la Laguna Garzón, funcionando como un acceso y a su vez observatorio hacia el entorno lagunar y su relación con el mar.
La conceptualización parte de un entendimiento estético y armónico con el lugar y su identidad”. Más que un puente, una maravilla arquitectónica que logró unir mucho más que dos orillas; también consiguió acercar posturas antagónicas.
