Trabaja en su casa-taller rodeada de verde.
“Mis cuadros nacen de la libertad: aparecen manchas, trazos que no delimitan, que sugieren, pero que luego comienzan a interconectarse creando una especie de puzzle de planos y formas, lleno de ambivalencias espaciales”.
El color es, en la obra de Valeria, una metáfora del paisaje en el sentido de que crea determinado clima en la obra: “como una extensión de la naturaleza”.
La artista continúa su tarea docente en su taller de arte para niños, un lugar con varios años de trayectoria. Esta es una experiencia de la que ella rescata el carácter interactivo, desde lo lúdico, como motivador en su propio proceso creativo. El taller de Valeria permanecerá abierto al público durante la temporada de verano.