El tránsito de 2020 fue difícil para todo el mundo. La Unión Vecinal de Punta Ballena y las Lagunas del Sauce y del Diario no fue ajena a la nueva realidad del mundo que trajo la pandemia. Los herederos de Antonio Lussich estuvieron a la altura de las circunstancias. La palabra del presidente de la asociación, Horacio Rodríguez.
En un año muy especial y atípico como fue 2020, la Unión Vecinal de Punta Ballena y Lagunas del Sauce y del Diario dio su presente en una enorme cantidad de actividades solidarias imprescindibles para mantener cierto normal desarrollo en la vida cotidiana de la comunidad. Una vez más, los herederos de Antonio Lussich estuvieron a la altura de las circunstancias.
En diálogo con Punta del Este Internacional, Horacio Rodríguez, presidente de la asociación realizó un repaso de lo actuado durante el año pasado. Después de haber asumido en febrero de 2020, la nueva comisión directiva tuvo que enfrentar un escenario impensado: la pandemia desatada por el Covid-19. Frente a esto, el trabajo organizativo, logístico y administrativo fue impecable. Cuenta Rodríguez: «Cuando asumimos, comenzamos con muchos proyectos e ideas, con gran entusiasmo y energía para continuar con la tarea de la Unión Vecinal y cuidar el legado de todas aquellas valiosas personas que han sido parte de ella. Pero llegó la pandemia y los planes cambiaron. La prioridad era la salud de la población».
A pesar de las duras circunstancias, durante todo el año se realizaron los encuentros con los candidatos a Intendente de Maldonado, ya que 2020 era año electoral. Pero esto, si bien importante e informativo, pasó a segundo plano porque las actividades principales desarrolladas por la Unión Vecinal estuvieron enfocadas en el trabajo social y solidario que impuso la pandemia.
Trabajo solidario
«Cuando llegó la campaña lanzada por el gobierno nacional, «Quédate en casa», nos propusimos como institución estar a la altura de las circunstancias», dice Rodríguez y agrega: «Se fomentó el teletrabajo, se suspendió el dictado de clases presenciales, se instó a no realizar reuniones que significaran aglomeración de personas y, debido a eso, debimos reducir un poco la marcha y tomar nuevas decisiones.
Decidimos hacer nuestras reuniones de manera virtual y suspendimos los encuentros de los sábados».Las nuevas decisiones estuvieron enfocadas a causas de ayuda a la población. «Ante esta nueva realidad, la cantidad de personas desempleadas o en seguros de desempleo, surgió la reconfortante campaña “Acción solidaria”. Así, comenzamos a colaborar con víveres para dos lugares benéficos de La Capuera: el Espacio Cultural El Nido, que realizó ollas populares para la gente del barrio. Empezaron haciendo 150 viandas y, gracias a la colaboración recibida por varios grupos de ayuda, terminaron haciendo ollas para 300 personas. El otro lugar fue el Caif de La Capuera que ofrecía la leche para 80 niños todos los días», detalla el Presidente de la Unión Vecinal.
La logística de este trabajo de parte de la asociación fue impecable: se abrió un colectivo en red pagos específico para esta causa para que quienes quisieran colaborar y también se utilizó la cuenta corriente en dólares de la Unión Vecinal para los que aportaban en esa moneda. Además, comenzó una campaña de recepción de alimentos y productos de limpieza con la Ferretería La Ballena como punto de entrega.
Estos productos se fueron distribuyendo según la demanda y las necesidades de El Nido y el Caif. Esta importante campaña se realizó entre los meses de abril y septiembre.
«Fue un trabajo importante y, sobre todo, fuimos meticulosos para registrar todos los movimientos de mercadería. Queríamos asegurar la transparencia de la gestión», señala Rodríguez.
Para el Día del Niño, la asociación organizó una campaña especial de recolección de ropa, juguetes, libros y golosinas para entregar en las actividades que realizaron en el Espacio Cultural El Nido. «Tuvimos una gran respuesta por parte de los vecinos y los emprendimientos de la zona. Así pudimos juntar una cantidad interesante de regalos para los niños ese día. Estos artículos también fueron debidamente clasificados y empaquetados para su entrega.
Todas estas actividades fueron posible y coordinadas por la Comisión Directiva de la Unión Vecinal integrada por : Graciela Cabeda, Laura Queijo, Adriana Careaga, Cristina García, Edgardo Gargano Mariela Rodríguez, Julio Arocena, Selva Ferreres,
Malcolm MacCormack y la ejecutiva secretaria Lía Goicoechea.
Tiempo para más
Por fuera del trabajo solidario hubo poco espacio para desarrollar otros trabajos de la agenda original, previa a la pandemia. Sin embargo, la Unión Vecinal logró llevar adelante algunos cursos y actividades que la comunidad reclamaba desde hacía ya un tiempo. Entre ellos destaca el realizado en el centro de convenciones de Solanas Vacation Club: «Manejo de serpientes venenosas en Uruguay y manejo de situaciones de riesgo», a cargo de Ignacio Etchandy e Irasema Bisaiz de la organización Alternatus Uruguay. Este curso había sido muy solicitado por los vecinos porque en verano suele haber algunas serpientes en la zona.
«El curso fue un éxito. Lo mismo que la limpieza internacional de costas que año tras año organiza el Ministerio de Medio Ambiente. La Unión Vecinal organizó además varios grupos de vecinos para las distintas playas de Punta Ballena. Esta importante actividad se realizó sin inconvenientes, respetando el protocolo sanitario», asegura Rodríguez.
Cerrando un año intenso en lo solidario e importante en la comunicación de las necesidades sanitarias que lleva adelante el país, la Unión Vecinal de Punta Ballena y las Lagunas del Sauce y del Diario espera un 2021 más esperanzador. Por eso, Horacio Rodríguez afirma: «Esperamos que la situación sanitaria del país mejore y podamos volver a trabajar para nuestra querida asociación sin pensar tanto en la pandemia. Pero si no fuera así, estaremos presentes en 2021 para todo lo que la sociedad necesite de nosotros».
La visión de la Unión Vecinal es la de consolidarse como un grupo humano referente de la Comunidad local, a través de la participación activa en los procesos de planificación, gestión y control del territorio, la colaboración estrecha con las organizaciones públicas y otras asociaciones zonales, y la promoción de las buenas practicas que aseguren la preservación de los recursos naturales, históricos y culturales que dan identidad a la región.
