Aura Punta del Este: la comunidad que florece entre bosque e identidad

Aura Punta del Este: la comunidad que florece entre bosque e identidad


En el corazón de Punta del Este, un grupo de soñadores europeos encontró más que un terreno: encontró sentido. Con raíces en Madrid, ecos de Ibiza y espíritu atlántico, Aura es hoy una comunidad en formación que respira naturaleza, diseño e identidad propia.

La entrada anticipa su concepto estético: diseño orgánico, paisaje cuidado y arquitectura contemporánea

Un encuentro con los que imaginan el futuro

Punta del Este, que ha sido cuna de visionarios y refugio de buscadores de belleza, fue el escenario de una reunión con algunos de los protagonistas de Aura: la directora comercial Alejandra Dold, el CEO Manuel Padia, argentino y su esposa Susana Fajardo, española.
Ellos, junto a sus otros 3 socios Tomás MIguens, Sergio Altavista y Enrique Yuste, crearon Aura. La charla, entre mapas y planos, reveló mucho más que un proyecto inmobiliario. Reveló un modo de vivir.

Directora comercial Alejandra Dold, el CEO Manuel Padia, argentino y su esposa Susana Fajardo, española, durante la reunión en la que analizaron el éxito de ventas del último predio incorporado a Aura

Sentados en una mesa con vista al campo y a la laguna, hablaron de raíces, intuiciones, caminos cruzados y decisiones que nacen del corazón antes que del cálculo. Aura es eso: un emprendimiento que respeta la tierra que pisa.

Aura, más que un barrio cerrado

Con más de 27 hectáreas, Aura no se define por sus metros, sino por su esencia. No es una urbanización: es una comunidad en gestación. Un barrio privado, sí, pero también un ecosistema verde donde la naturaleza no fue invadida, sino abrazada. Hoy cuenta con el 70% de los lotes vendidos y una nueva etapa en expansión: las manzanas N, O y P, conocidas como Kalymnos.

Masteplan de Aura Punta del Este: En rosado, los lotes ya vendidos; en celeste/gris, los aún disponibles. En amarillo, los sectores destinados a housing —casas llave en mano. El barrio tiene entrega en enero 2026

Las calles adoquinadas en hormigón, la infraestructura completamente soterrada —con agua, energía, fibra óptica y saneamiento— y la delicada integración con la vegetación nativa hacen que Aura no sea solo un lugar para vivir, sino un manifiesto de cómo hacerlo.

Una casa, una decisión del alma

Entre los lotes, hay una casa. Antigua. De los años 70. Iba a ser demolida. Pero no lo fue.
“No la tiro ni loco”, dijo Manuel cuando la vio. Y no lo hizo. Consultaron a expertos en patrimonio, que pidieron mantenerla. Contra todo cálculo económico, decidieron reciclarla. Se preserva no por estrategia de marketing, sino por respeto. O por emoción. O por una mezcla de ambas.

Directora comercial Alejandra Dold en Kalymnos, la reciente incorporación arquitectónica de Aura

La casa ocupará seis lotes. No será emblema de Aura, pero sí símbolo silencioso de lo que representa: un desarrollo que no borra lo que existió, sino que lo transforma con delicadeza.

Un nombre que se convirtió en destino

Aura. Así, simple y etéreo. El nombre surgió en una tormenta de ideas, entre familiares y socios. A Manuel no le convencía al principio. Pero con el tiempo, todo cobró sentido. “Es que estar acá se siente como eso”, dice Susana. Como un aura.

Habrá una fuente en la entrada que expulse vapor, formando una neblina mística: el aura visible del lugar. Pero no hace falta verla. Se respira. Está en la brisa, en la arboleda centenaria, en el silencio amable de las mañanas.

La playa como promesa cumplida

Antes de que los primeros residentes vivieran allí, Aura abrió su parador en la Parada 22 de Playa Brava. Fue una apuesta. Una demostración de que las palabras no se las lleva el viento. El beach club fue inaugurado cuando aún no había casas construidas. Solo sueños. Y la playa, claro.

Con una propuesta fresca y natural que refleja el estilo de vida saludable y descontracturado del emprendimiento, el parador de Aura ya se encuentra operativo sobre la parada 22 de Playa Brava

Hoy, el parador es operado por el Grupo Trocca, que también llevará adelante la cocina del futuro Club House. Una alianza profesional que aporta excelencia en la experiencia cotidiana.

El beach house proyecta el espíritu de Aura hacia el mar: diseño, ritmo propio y la esencia de la Brava.

Desde España, con inspiración

Manuel y Susana no llegaron por azar. Ya vivían desde hacía años en una casa cercana. Sin saberlo, ese terreno que primero rechazaron y luego descubrieron, terminaría siendo el corazón de su gran proyecto.
Ambos vienen del mundo del diseño. Él fue peletero, luego empresario de cuero con tiendas en toda España, y finalmente desarrollador inmobiliario en Ibiza y Mallorca. Propiedades únicas, restauradas con amor y convertidas en hogares con alma. “Veo casas en revistas, y digo: esa la hicimos nosotros”, cuenta con una mezcla de orgullo y pudor.

El futuro toma forma: líneas curvas, materiales nobles y una arquitectura pensada para convivir con el bosque, entre espejos naturales que reflejan el paisaje y definen la calma única del entorno que rodea a Aura

En Punta del Este encontraron el equilibrio. “Acá hay algo que ya no se encuentra en otros lados: paz, naturaleza, vegetación real”, dice Susana. Y agrega: “Muchos barrios empiezan pelados. Este ya nació con árboles que cambian de color con las estaciones”.

Comunidad y pertenencia

Aura no busca compradores. Busca residentes. Gente que quiera formar parte de algo. “Hay quienes compraron como inversión y después, tras un encuentro, decidieron construir y vivir aquí”, cuenta Alejandra. “Lo que se genera entre vecinos es auténtico”.

El respeto por la privacidad, el verde, la arquitectura integrada y la posibilidad de cerrar las casas son parte del modelo. Pero también lo es la postventa emocional. “Ponemos tiempo, atención y corazón. Porque esto no termina cuando se vende. Ahí empieza”, concluyen.

Precios, expansión y un mercado internacional

Hoy los lotes se venden entre 400 y 805 USD/m². Los más costosos, naturalmente, son los que bordean la laguna o el golf. El valor crece con cada obra, con cada historia.

Un espacio pensado para contemplar la naturaleza: diseño, calma y vistas que inspiran

Los compradores llegan desde España, Italia, México, Brasil, Chile, Singapur y Uruguay. Y lo que encuentran no es solo un terreno. Encuentran una forma de vivir.

Una comunidad bajo el aura

Aura es un desarrollo, sí. Pero sobre todo, es una declaración. Una forma de decir: se puede hacer distinto. Se puede construir sin arrasar, avanzar sin olvidar, crecer sin perder el alma.

Senderos arbolados y paisajismo nativo acompañan cada paso, creando un ambiente sereno y vivible todo el año

Y en un tiempo donde la velocidad arrasa, Aura propone lo contrario: una pausa. Un espacio para habitar con calma. Para mirar los árboles, el agua, el otro. Y encontrar ahí, en ese instante compartido, algo que no tiene precio.

Un aura.