Venta del Hotel Palace, la desaparición de un clásico
Fue parte de la historia grande de Punta del Este en el siglo pasado. Uno de los hoteles importantes de la ciudad hasta, al menos, la década del 90. Cerró sus puertas en los primeros años de este siglo y desde entonces permanece abandonado. Considerado el primer hotel esteño, el Palace sobrevive en la memoria de los habitantes de la ciudad que recuerdan sus años de esplendor. Su terreno y la estructura que queda en pie acaba de ser vendida en, aproximadamente, 6 millones y medio de dólares.
Su historia forma parte del siglo XX de la península. Fue el primer hotel de Punta del Este, inaugurado por Pedro Risso en 1880.
Risso había llegado al entonces pueblo de Villa Ituzaingó para trabajar en un gran emprendimiento pesquero. La aventura, sin embargo, duró poco. La empresa cerró y le concedió a Risso parte de las instalaciones como indemnización. Esa estructura, Risso la convirtió en alojamiento bajo el nombre de Hotel Central.
Don Pedro fue un visionario que estableció los primeros cimientos de la estructura hotelera de la ciudad. Ya a principios del siglo XX, el hotel toma su nombre definitivo, Palace, y comienza a crecer junto con la ciudad, al menos hasta la década del 90, cuando comienza poco a poco su debacle que lo llevará a cerrar sus puertas a principios del nuevo siglo.
Un grupo inversor compró -se afirma que por 6 millones y medio de dólares- lo que queda en pie del hotel y su terreno, ubicado en calle 11 y 14. Una nueva etapa está por comenzar para el que fue un ícono de la hotelería de la ciudad.
El hotel Palace fue, en su época de esplendor -incluso hasta la década del 80- un alojamiento muy importante para los turistas que llegaban a Punta del Este. El actual Subsecretario de Turismo de Uruguay, Remo Monzeglio, tuvo allí su primer trabajo en el país, ya que hasta entonces había trabajado en el exterior.
«Fue mi primera experiencia laboral en el país. Yo había trabajado en Europa pero acá decían que estaba sobrecalificado. Hasta que apareció el Palace, que formaba parte, en aquellos años, de la última etapa brillante de la vieja hotelería de Punta del Este. Recuerdo, por ejemplo, que los visitantes alquilaban por toda la temporada. Había dos hermanas que llegaban en su avioneta privada y alquilaban dos suites por todo el verano. Era imposible que un turista llegara en ese entonces sólo por el fin de semana. Era otro tipo de turismo», asegura el actual funcionario del gobierno de Lacalle Pou.
Pasado, presente y futuro
El conocido hotel tenía, en sus mejores años, todas las habitaciones ambientadas con pinturas originales de artistas plásticos uruguayos. Y un patio interno con palmeras que era la delicia de todos los visitantes.
«Era un hotel con gran personalidad, una experiencia única. Venían chefs de argentina a cocinar, las noches de su piano bar eran inolvidables. Debería haberse convertido en un hotel boutique para lograr mantenerse a flote. Pero las diferentes administraciones que lo tuvieron a su cargo en la últimas décadas no funcionaron», dice Monzeglio.
Finalmente, cerró sus puertas hace un poco más de diez años y ya no se recuperó ni volvió a abrir. Las negociaciones para su venta comenzaron el año pasado y fue un proceso de compra extenso y no sencillo. “Es una noticia muy importante para Punta del Este”, dijo el inmobiliario Diego Díaz de HHO Broker Real Estate, quien informó que el nuevo grupo inversor es de capitales extranjeros. “Se trata de un muy buen proyecto para el balneario”, agregó.
Ya el hotel Palace forma parte de la historia de la ciudad. En su estratégica ubicación nacerá un nuevo proyecto en el corto plazo. Pero su inolvidable historia va a permanecer en la memoria de Punta del Este por muchas generaciones.
Un lugar que seguirá convocando los fantasmas de la ciudad del siglo pasado, con su esplendor tan distinto al de estas últimas décadas. El futuro que le depara a este terreno de 3.300 metros cuadrados está por verse: los nuevos inversores tienen pensado demoler la vieja estructura del hotel pero todavía se desconoce qué se va a construir. Sin embargo, en la esquina de 11 y 14 quedará para siempre la sombra intacta del maravilloso hotel Palace, una de las glorias perdidas de la vieja península.
Mirá también:
