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Historia y naturaleza

La génesis del esplendor esteño

En 1907 llegaron los primeros turistas a Punta del Este. Lo hicieron en el buque Golondrina que los trajo desde Montevideo. Ese primer contingente estuvo formado por argentinos y uruguayos acaudalados que encontraron en estas tierras, un paraíso que pensaban perdido. Y gracias a nombres como Lussich, Burnett, Pitot, ese pequeño pueblo con dos playas, una mansa y otra brava, se convertiría a lo largo de los años en uno de los lugares más maravillosos de Sudamérica.

La Aduana de Punta del Este a principios de siglo XX
Archivos fotográficos del Arq. Libedinsky y Mar y Sol Ediciones

En la primera temporada de Punta del Este, los turistas llegaron en barco. Fue en el vapor Golondrina, que salió de Montevideo por la mañana, con argentinos y uruguayos de muy buen nivel adquisitivo, y que desembarcaron por la tarde en el muelle de madera de Punta del Este. Para los habitantes de la ciudad, este viaje fue un evento fundacional. Por eso, los recibieron con una banda de música y buena parte de la población. Era el mes de febrero de 1907 y la convocatoria había sido hecha por la Sociedad Balneario de Punta del Este.

Fue una verdadera revolución para ese paisaje de playas, médanos y vientos fortísimos que acompañaban la belleza natural. En el fondo, se vislumbraban los bosques de pinos que sembraría  Antonio Lussich y el cónsul británico que vivía en Maldonado, Henry William Burnett.

Y también, de algún modo, se preveía la llegada de los franceses que transformarían el concepto turístico del lugar. Sobre todo, de Madame Pitôt, quien arribaría a Punta del Este en 1910 y cambiaría por completo la manera de ver el turismo y el modo de ofrecer lujo y buen gusto a los visitantes.

La importancia de una Madame

Madame Pitôt fue uno de los primeros iconos de la cultura hotelera y gastronómica de Punta del Este. Con su capacidad para producir productos de calidad y su fuerte vocación para enseñar aquello que conocía, formó a varias generaciones de habitantes de la ciudad en el arte de de los buenos modales para recibir al visitante, una enseñanza que perduró y que sigue siendo marca registrada de la ciudad. 

Jeanne Moulia Lesbordes, “Madame Pitôt”, creadora del British House y La Cigale, donde impuso estilo hotelero y gastronómico internacional

Se llamaba Jeanne Moulia Lesbordes pero con los años todos los visitantes y los habitantes la conocieron como Madame Pitôt, una auténtica pionera que llegó a Punta del Este en 1910 junto con su esposo, Emile Pitôt y decidió quedarse para siempre en esta ciudad que volvió suya y donde vivió buena parte de su vida (ver además: Madame Pitôt: la primera dama). De inmediato, quisieron apostar por el incipiente balneario que recibía unos 600 veraneantes por temporada. Construyeron un hotel, el British House, en la calle 24 y 17. Para la construcción del edificio contrataron al arquitecto francés Eduardo Le Monnier. Y partir de ese momento, todo cambió tanto para el  matrimonio como para la ciudad.

Hotel La Cigale

Los Pitôt se convirtieron de inmediato en el centro de atención de habitantes y visitantes. Su hotel y la comida de su restaurante fue el primer paso hacia una cultura de la hotelería y la gastronomía de lujo. De ella, se resaltaba también la calidad del servicio de té que ofrecía y sus dotes culinarias. Era considerada  como una “artífice maravillosa de las comidas”. Y, además de su destreza en la cocina, mucho de esta performance tenía que ver con la calidad de sus productos. 

Hotel British House

En 1926 inauguran otro emprendimiento, La Cigalle, que en sus comienzos fue un salón de té y bar, sobre la parte oeste de la playa Mansa que más tarde funcionó también como hotel. Para entonces, los hoteles eran un centro de reunión importante donde se tomaba un aperitivo, el té, y se comía, además de poseer una sala de juegos de azar. Para los años 30, la mayoría de turistas llegaban en auto, entonces los Pitôt anexaron un garaje para 70 autos y un surtidor de combustible a su hotel. Su marido Emile murió en 1933 y ella vendió ese año el hotel British House y, en 1938, también se deshizo de La Cigalle. Ella vivió hasta 1953.

La ciudad hacia el siglo XXI

Así fue que nació Punta del Este como centro turistico. Con el empecinamiento de la Sociedad Balneario Punta del Este, con hombres con Antonio Lussich y Henry William Burnett, con mujeres como Madame Pitot. 

La bahía esteña, el mejor plan social para encontrarse por la tarde

Esa conjunción de factores, fue dando vida a la ciudad que hoy reconocemos como la joya de Sudamérica y que son analizados por la historiadora uruguaya Yvette Trochon Ghislieri en su libro “Punta del Este: el Edén oriental, 1907-1997”. Otra publicación que muestra los avances de la ciudad en algo más de un siglo es la Revista Histórica de Maldonado, publicada por la dirección de cultura Fernando Cairo y Jorge Céspedes, donde se da cuenta que los mentores de Punta del Este fueron quienes imaginaron el nacimiento de una magnífica ciudad, fortalecida por sus bellezas naturales, su mar, su exuberante vegetación y el increíble valor humano de su gente.  

Los primeros turistas disfrutando de la naciente temporada esteña

Ver además: Gorlero, dinastía esteña