Como en una buena y clásica aventura romántica, en el prinicpio, hubo un naufragio. Así llegó Domingo Gorlero, un genovés intrépido y navegante, a las costas de Maldonado.
Algunos accidentes terminan siendo afortunados. El 14 de diciembre de 1864 un incendio devastó una nave de guerra inglesa, frente al puerto de Montevideo. En ese navío viajaba, como parte de la tripulación, Enrique Guillermo Burnett.
Ubicada al sureste del departamento de Maldonado, a siete kilómetros de la ciudad capital (Maldonado). Se encuentra sobre una estrecha franja de tierra que divide las aguas del Río de la Plata y del Océano Atlántico.
Los tres tienen más de cien años. Los tres alumbran, como si se tratara de un luminoso triángulo, la vida de una ciudad que los admira. Los guardianes de la tierra siguen vigilando el mar.
Ahí, en esa playa de La Brava donde habitualmente los surfistas practican giros audaces y desafían a las olas, ahí hay un testigo quieto. Todavía se observan los restos del barco argentino Santa María de Luján que quedó varado en estas costas el 21 de julio de 1965.
Los orígenes arquitectónicos de Punta del Este fueron discretos, humildes. El primer hotel de la península -propiedad de Pedro Risso desde 1889- funcionó en los galpones de su empresa de pesquería.